TOMÁS GUEVARA – ETL
PROTECCIÓN. Se instalaron pantallas de aislamiento transparante en el área de cajas registradoras para proteger a clientes y empleados. | FOTO: Tomás Guevara – ETL
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PRECIOS. Entre los productos que han sufrido mayor encarecimiento están los vegetales. | FOTO: Tomás Guevara – ETL
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INNOVACIÓN. La empresa latina está estudiando las posibilidades de implementar las ventas en Internet de algunos productos. | FOTO: Tomás Guevara – ETL
Es el supermercado de referencia para la comunidad hispana en el condado de Prince William en Virginia, el reconocido Todos Supermarket, donde todas las medidas de protección son extremas para evitar contagio de coronavirus y mantener la atención para abastecer las necesidades alimenticias de los miles de clientes que estos días acuden al establecimiento.
El empresario salvadoreño Carlos Castro, propietario de esta empresa donde laboran cerca de 200 empleados, la mayoría hispanos, habló con El Tiempo Latino de todo el trabajo y actualización constante que ha exigido el proceso de estar en primera línea durante la pandemia del coranavirus en el área metropolitana de Washington.
El condado de Prince William es uno de los focos principales de contagios en la región que hasta mediados de esta semana superaba los 3 mil 100 casos confirmados de positivos de COVID-19, con 58 fallecidos, que se han sumado a los más de 26 mil casos de coronavirus en el estado de Virginia, donde más de 900 personas han perdido la vida a causa de la enfermedad.
En más de ocho semanas de aprender sobre la marcha pormenores del contagio, y cuando se preparan para la apertura gradual de la economía, incluso volviendo al horario habital de las tiendas Todos Supermarket, el empresario reconoció que la principal preocupación ha sido asegurar que los empleados no sean contagiados.
“Para mí, para la empresa y para nuestra familia, lo primero es proteger a nuestros empleados, porque si miembros de nuestro equipo están mal no podemos servir a la comunidad, y definitivamente tenemos que proteger a la comunidad. La moral de mi equipo tiene que estar bien porque hay miedo terrible en la población”, comentó el empresario.
Con ello la tienda se adelantó al uso de mascarillas obligatorio para todos los empleados y con fuerte recomendación para los clientes del establecimiento, además se instalaron pantallas de aislamiento transparante en el área de cajas registradoras para asegurar más protección a empleados y clientes. Con el paso de los días se han provisionado de otros medios de protección como cubrecaras (“face shields”) para que los empleados que quieran usarlos.
También han decidido aislar en la medida de lo posible el área de servicio al cliente y establecer patrones de control para el aforo interno, aunque a veces eso significa tener filas en el interior en la zona de cajas y en el exterior con los clientes que esperan ingresar a los establecimientos.
Múltiples servicios
Una de las tiendas de Todos en Woodbridge es una planta donde también hay otros negocios de pequeños propietarios independientes como envíos de remesas, peluquería, tiendas de ropa, servicio de correo postal, entre otros. Se ha tomado la decisión de abrir algunos de estos locales bajo supervisión y con aforo limitado también.
Este empresario salvadoreño que llegó al área de la capital nacional en la década de 1980 y que empezó con una pequeña tienda de abarrotes para suplir las necesidades del mercado nostálgico creada por los inmigrantes, ha logrado que la empresa familiar crezca hasta convertirse en una marca reconocida en Prince William.
Castro dijo que tanto él como su personal afrontan la situación creada por el COVID-19 con mucha responsabilidad y entrega, por estar en primera línea y ser responsables que de que los productos alimenticios lleguen a las mesas de los consumidores.
“Mis empleados están concientes que esta es una misión que nos toca cumplir, igual que el personal sanitario. Como yo les digo: nosotros somos el último paso para que una familia tenga comida en su mesa, por lo que tenemos que estar abiertos. Al mismo tiempo hemos mostrado compresión con aquellos empleados que han decido no seguir aquí por temor a contagiarse, solo que no podemos absorver el pago de su salario”, explicó Carlos Castro. Sin embargo la empresa ha mantenido los salarios de algunos empleados, como dos casos que dieron positivo de COVID-19 y otros que se sospechaba estaban infectados, porque estos fueron licencias médicas.
El sube y baja de la canasta básica
En estos días de turbulencias cuando los preceptos de un día cambian radicalmente para el día siguiente, el tema de los costos para abastecerse de productos que van a los estantes también pasa por ese mismo tamiz del mercado donde rigen la oferta y demanda.
Los productos que han sufrido mayor encarecimiento son aquellos de primera necesidad, como vegetales, leche, huevos y sobre todo la carne.
“Es muy triste porque mucha gente no entiende que si antes de esto a mí una libra de carne me costaba $3, ahora lo más seguro es que me está costando $8, y que yo tengo que ganarle porque tengo que pagarle a los carniceros y a todo el personal, así que ha habido carestía, no como al principio donde todo mundo compró bastante y todo se acabó”, reflexionó el empresario.
En la actualidad comenta que con su equipo de gerentes tratan de mantener suficiente existencia de inventario en bodegas haciendo compras en algunos casos arriesgadas, porque los distribuidores pueden ofrecerles un cargamento a determinado precio y ellos lo solicitan de inmediato para evitar quedarse sin productos básicos que consume la clientela hispana como harina de maíz para las tortillas, frijoles, y otros productos clásicos de la gastronomía centroamericana.
El resto de líneas de productos se están abasteciendo y han vuelto a los estántes como el papel higiénico y papel toalla que en los primeros días fue barrido en las compras de pánico y luego prefirieron no vender por un tiempo ante los altos precios que lo ofrecían los proveedores.
“Nuestra comunidad va tener, por un tiempo, que acostumbrarse a los precios constantemente cambiando, afortudamente ya hay suficientes productos en el mercado como mascarillas así que los precios van bajando, con la oferta y la demanda, la ley de capitalismo”, explicó el empresario.
En su empresa dice que han tratado de mantener los precios razonables tratando de que no se afecte el bolsillo de los consumidores, sobre todo debido a que el COVID-19 ha creado mucho desempleo en la comunidad inmigrante, algo que afecta aun más a los indocumentados que no tienen acceso a beneficios del gobierno.
“En todo esto hay mucha incertidumbre, de semana a semana no sabemos qué es lo que va pasar… no ha habido oportunidad de poner productos en oferta porque todo es una cadena, si nosotros logramos hacer una compra de producto a un buen precio, ese ahorro se lo pasamos al consumidor. Pero hoy, por ejemplo, los vegetales están escasos, el agua está más cara que antes de la pandemia”, agrega Carlos Castro.
Ante la nueva realidad, esta empresa latina está estudiando las posiblidades de implementar las ventas en Internet de algunos productos para facilitar el transito adentro de sus establecimientos. Consideran alternativas como que los clientes lleguen solo a retirar la bolsa de compras y quizá ofrecer el servicio a domicilio a aquellos que quieran evitar exponerse en los establecimientos.