Al principio de la campaña, el republicano Glenn Youngkin iba detrás del demócrata Terry McAuliffe, que buscaba la reelección en Virginia. Pero a medida que el día de las elecciones se aproximaba, la brecha entre ambos se hacía más estrecha. El giro final se dio en el debate entre los candidatos en un punto que los virginianos consideraban casi decisivo para ir a votar: la educación, el plan de estudios de los jóvenes y, en concreto, la teoría crítica de la raza (CRT, por sus siglas en inglés).
Capitalizar el descontento de los padres con el cierre de la pandemia de covid-19 y combinarlo con la desinformación alrededor de la enseñanza de la desigualdad racial con la teoría crítica de la raza en el país fue clave para Youngkin. La táctica le funcionó. También fue replicada en Nueva Jersey por el republicano Jack Ciatarelli, que perdió por poco y les dio pelea a los demócratas en una reñida carrera a la gobernación de ese estado.
¿Qué es la teoría crítica de la raza? Es una teoría que desarrolló el exprofesor de Derecho de Harvard Derrick Bell y otros académicos en las décadas de 1970 y 1980.
- Examina la forma en la que el racismo está vinculado con las leyes e instituciones estadounidenses, perpetuándolo en el tiempo.
- Se plantea el racismo como un problema sistémico que crea desigualdades para las personas de color.
¿Por qué es tan central para el GOP? La Teoría Crítica de la Raza un enfoque académico de corte universitario que no forma parte del plan de estudios de las escuelas secundarias. La Asociación Nacional de Juntas Escolares y otros líderes educativos insisten en que CRT no se enseña en las escuelas K-12, que enseñan a estudiantes de cinco a 18 años.
Aun así, los republicanos han banalizado el enfoque hasta el punto de ser vinculado con cualquier enseñanza que se haga en las escuelas sobre raza e historia estadounidense. También lo han aplicado para conceptos como la equidad y la formación en prejuicios para funcionarios del Estado y profesores.
Y es probable que el partido rojo lo implemente como modalidad a seguir. En un comunicado postelectoral, Jim Banks, presidente de The Republican Study Comittee, dijo que las “preocupaciones de los padres tiene que ser un asunto de política de nivel 1 para los republicanos”.
El contexto. Los funcionarios de los estados controlados por los republicanos en todos los Estados Unidos están promoviendo iniciativas para prohibir a los maestros enfatizar el papel del racismo sistémico.
- El año pasado Donald Trump emitió una orden para evitar que se realizaran capacitaciones sobre diversidad, desigualdad y sensibilidad racial en los departamentos federales. Fue obstaculizada por organizaciones que brindan estas capacitaciones alegando la libertad de expresión y Biden al final anuló la orden cuando asumió la presidencia en enero.
- Funcionarios vinculados con la anterior administración de la Casa Blanca, que incluyen al exjefe de campaña de Trump y dos de sus consejeros de presupuesto, han apoyado el movimiento con recursos financieros y organizacionales dirigidos a activistas que buscan disipar la idea que el racismo sistémico existe en la sociedad y las instituciones de EE UU después de siglos de esclavitud y las leyes Jim Crow de segregación, un concepto aceptado por un grupo amplio de la población.
- En mayo, varios miembros republicanos del Congreso presentaron un proyecto de ley que prohíbe la enseñanza de la teoría crítica de la raza en las instituciones federales y una resolución que destaca "los peligros" de enseñar la teoría en las escuelas.
- En mayo, el gobernador de Idaho, el republicano Brad Little, firmó una ley para prohibir la enseñanza de la teoría crítica de la raza en las escuelas públicas. Legisladores en Tennessee hicieron lo propio también.
- La legislación que apunta a frenar la forma en que los maestros hablan sobre la raza ha sido considerada por al menos 15 estados, según una investigación de Education Week.
- Críticos de estas iniciativas señalan que la prohibición realmente limita el estudio de la desigualdad en el país y atenta contra la libertad de expresión.
Con información The Atlantis, The Guardian y The Washington Post