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Madres latinas cuentan qué hacen ante la escasez de fórmula para bebés

Las madres latinas con bebés empezaron a notar que los stands de fórmula para bebés empezaron a vaciarse desde hace unos dos meses

Nutrición. Jeyder López tiene apenas tres meses y durante el día se alimenta con leche de fórmula porque su madre trabaja y no le queda tiempo en el día para amamantarlo. Cortesía Ninssy López

“Un día me pasé recorriendo el Safeway, el Giant y las farmacias buscando la fórmula para bebés. Anocheció y por el miedo al estomaguito vacío de mi niño corrí a pedirle prestado a una vecina. Al siguiente día madrugué al Megamart, en Annandale, allí se me hizo el milagrito”.

Preocupaciones y prisas similares a las de María Álvarez viven las madres estadounidenses, entre ellas las latinas del área metropolitana, frente a la escasez de leche de fórmula para bebés. Esta mamá, desde hace un mes, empezó a ver menos tarritos de leche de fórmula en los estantes del mercado. Desde hace tres semanas visita asiduamente supermercados y farmacias. “Voy por un potecito para mi niño y también para mis nietitas gemelas que acaban de nacer. Últimamente casi solo trabajamos para comprar la lechita de bebés”.

Daisy Sánchez también lleva más de dos meses peregrinando en busca de leche infantil para su pequeña, Betsy Ramos, de nueve meses. “Voy de aquí para allá buscando leche, antes encontraba hasta en las tiendas latinas. Traté de darle la Similac líquida, pero no quiso agarrarla. Me estoy ayudando con puré de frutas y batidos. Ni le hablo del precio, antes pagaba $19 por el botecito de leche, el último me costó $26”.

Medidas de emergencia ante la escasez de fórmula para bebés

Fórmulas. Los estantes de la farmacia Walgreens siempre llenos de leche de fórmula de diferentes marcas estos días están vacíos. Cortesía Olga Imbaquingo

La Casa Blanca para atacar la escasez invocó la ley de seguridad nacional. La medida exige a los proveedores priorizar el abastecimiento de los ingredientes para la elaboración de leche infantil. El Departamento de Defensa también establecerá un puente aéreo para importar leche de fórmula desde el extranjero.

El presente desabastecimiento es como la crónica de una crisis anunciada. Obedece a varias razones causadas por la pandemia, entre ellas la interrupción de la cadena de abastecimiento de insumos, la alta demanda y el acopio. A esto, en febrero, se sumó el cierre por una posible contaminación de una bacteria de uno de los laboratorios Abbott. Esta empresa cubre el 43% de la demanda nacional de la leche infantil.

Casi todas las madres latinas consultadas compran Similac Sensitive, fabricada por Abbott, pero la pediatra Ligia Peralta aseguró que cualquier marca de leche infantil sirve para los bebés que no son prematuros ni tienen enfermedades del colon y estómago o sufren fibrosis quística. En estos casos lo recomendable, antes de cambiarle de marca, es llamar al pediatra o a los especialistas del Programa de Suplemento Nutricional para Mujeres y Niños, conocido como WIC.

Sin condiciones y sin dinero

Marcas. Los estantes de la cadena de supermercados Giant exhibe pocas marcas y tarros de leche en polvo de fórmula para los niños menores de un año. Cortesía Olga Imbaquingo

Para el director médico de la Clínica del Pueblo, Ricardo Fernández, es preocupante la facilidad con las madres primerizas reemplazan la leche materna por una de fórmula, en muchos casos solo porque les recomienda una amiga o una vecina. “Nosotros siempre las animamos a que, de ser posible, den de lactar a sus niños al menos los primeros seis meses. De esa manera, habrá suficiente leche fórmula para los bebés que realmente la necesitan”. No obstante, Fernández es consiente de otras dificultades que enfrentan las madres, entre ellas la falta de instalaciones adecuadas para que puedan extraerse las reservas de leche en los lugares de trabajo, así lo dijo en un email que envió a El Tiempo Latino.

Esa es la realidad de Ninssy López. En el restaurante donde trabaja no le queda tiempo, ni hay un lugar donde proceder a la extracción del contenido que le serviría para alimentar a su niño mientras está laborando. Estos días se ha cansado de buscar el producto en los mercados, la ayuda que le da WIC solo alcanza para 15 días.

“Tuve que cambiar la Similac Sensitive en polvo por la Similac en líquido. Es más cara pero es lo que hay. Tengo miedo de experimentar con otras marcas porque mi bebito —Jeyder— tiene apenas tres meses. La tarjeta que me da WIC no me sirve para pagar esta leche y tengo que gastar $10 cada dos días. El frasco en polvo de $40 me aguantaba una semana”, contó López quien es madre soltera y con su salario paga la renta, una niñera y la leche de su hijo.

Antes de cambiar la fórmula para bebés, primero llame al pediatra

Escasez. Similac Sensitive es la leche de fórmula que más consumen los infantes latinos y es la que más está desabastecida en el mercado. Cortesía Olga Imbaquingo

“La leche más completa para el bebé es la de la madre. Excepto la vitamina K, tiene todos los nutrientes e ingredientes balanceados que un niño necesita durante su primer año”, dijo la doctora Peralta. Para compensar la vitamina K los pediatras suministran una inyección o un complemento oral, así evitan riesgos de hemorragias, que son muy bajos pero existen.

Darles solo la leche materna a los bebés es casi imposible. La realidad de los años 50 o 60, donde la mayoría de madres de familia se quedaban en casa criando sus hijos cambió. Las mujeres de hoy tienen que trabajar y apoyarse con las leches infantiles fabricadas. En estos casos para los niños saludables, Peralta recomendó introducir otras fórmulas que sí están en el mercado. Pasado el año de vida ya se puede reemplazar leche infantil por otras fortificadas. Si pese a esta sugerencia aún tiene desconfianza, llame al pediatra de su bebé para juntos decidir lo que mejor le conviene a su niño.

“Las leches especializadas son para los bebés que tienen dificultades de digerir incluso la leche materna. Si su niño es saludable no se ponga nerviosa, cualquier fórmula le va a sentar bien, solo compare que tenga los mismos ingredientes de la marca que le daba antes. No tienen que ser idénticas, pero sí tener la misma proporción de proteínas para un bebé en pleno crecimiento”. Pasado los 12 meses ya puede darle otros tipos de leche fortificadas, no de fórmula porque ya no necesita dosis altas de proteína.

Existen los bancos de leche, pero es un precio prohibitivo para la mayoría de madres latinas. Lo ideal en estos tiempos de escasez es darles de lactar y si produce suficiente guardar esas reservas. Peralta tiene un consejo que podría servirles a las mamás que se quejan de no producir suficiente leche: tomar muchos líquidos.

Lo que no pueden hacer es poner menos polvo y más agua para llenar el biberón. Deben saber que si los niños se quedan con hambre hay otros suplementos fortificados con minerales y vitaminas.

Para ilustrar los riesgos de una dieta no consultada con el pediatra, Peralta recordó el caso de un “niño de 10 meses que la mamá empezó a darle comida de adultos desde muy temprano, le causó una diarrea y ahora tiene una bacteria muy difícil de tratar”.

Cifras de una crisis

Racionamiento. En la cadena de farmacias Walgreens, la venta de leche infantil está racionada a tres unidades por cliente que presente la tarjeta de WIC. Cortesía Olga Imbaquingo

Lactancia. En Estados Unidos, el 84% de recién nacidos son amamantados, pero después de cumplir los seis meses, solo el 25.8% se alimenta con la leche su madre, según la recolectora de estadísticas Datasembly. Los niños con menor tiempo de lactancia son los hijos de las mujeres pobres y de minorías.

Abastecimiento. Abbott otra vez comenzó a producir leche infantil, pero el desabastecimiento continuará por entre seis y ocho semanas más. En algunos estados la escasez llega a 40%.

Monopolio. El 90% de la industria de la fórmula para bebés está dominado por cuatro compañías, una de ellas es Abbott, que a su vez abastece las dos terceras partes de la demanda WIC, el programa federal para mujeres y niños de escasos recursos.