El representante Mike Johnson, de Luisiana, y otros 32 miembros republicanos del Congreso presentaron el martes la ley para detener la sexualización de los niños de 2022, la cual prohibiría el uso de fondos federales “para desarrollar, implementar, facilitar o financiar cualquier programa, evento o literatura de orientación sexual para niños menores de 10 años, y para otros fines”.
Algunas personas consideran que esta es una versión nacional del proyecto de ley de Derechos de los Padres en la Educación de Florida, firmada en marzo por el gobernador Ron DeSantis.
Defensores de la comunidad LGBTQ apodaron la ley de Florida como “No digas gay” ya que prohíbe “la instrucción en el aula por parte del personal de la escuela o de terceros sobre la orientación sexual o la identidad de género” desde el jardín de infantes hasta el tercer grado.
¿De qué va esta ley?
Esta legislación afectaría a todas las instalaciones y programas financiados por el gobierno federal, incluyendo bibliotecas públicas, escuelas financiadas por el gobierno federal, bases militares y hospitales.
El proyecto de ley define el “material de orientación sexual” como “cualquier representación, descripción o simulación de actividad sexual, cualquier representación o descripción lasciva de los genitales humanos, o cualquier tema relacionado con la identidad de género, la disforia de género, la transexualidad, la orientación sexual o temas relacionados”.
La ley impediría a las escuelas proporcionar educación sexual o libros de que incluyan temas LGBTQ a niños menores de 10 años. Tampoco estaría permitido que las bibliotecas públicas utilicen fondos para organizar eventos de la “Hora del Cuento Drag”, un programa nacional iniciado en 2015 en el que artistas drag leen libros infantiles a los niños.
Johnson describió el proyecto de ley como “sentido común” y expresó en un comunicado que “el Partido Democrático y sus aliados culturales están en una cruzada equivocada para sumergir a los niños pequeños en imágenes sexuales e ideología de género radical”.
“Ningún dinero de los impuestos federales debe ir a ninguna agencia gubernamental federal, estatal o local, ni a organizaciones privadas que expongan intencionadamente a niños menores de 10 años a material sexualmente explícito”, concluyó Johnson.
¿Qué dicen las personas?
Defensores de la comunidad aseguran que la ley estigma a las familias LGBTQ y a los jóvenes queer, que ya se enfrentan a tasas desproporcionadas de intimidación y acoso en la escuela.
Los que apoyan la ley hacen hincapié en que solo se aplica hasta el tercer grado, pero los críticos se centran en la cláusula “apropiada para la edad o el desarrollo”, que algunos expertos legales expusieron que podría abrir la puerta para que los padres demanden a los maestros de todos los niveles de grado.
“Equiparar a las personas LGBTQ con material sexualmente explícito es deshumanizante y repugnante. Llamemos a esto lo que es, un proyecto de ley nacional de 'No digas gay'”, publicó en Twitter Alejandra Caraballo, instructora clínica de la Clínica de Derecho Cibernético de la Facultad de Derecho de Harvard y defensora de los derechos de los transexuales, en respuesta a una publicación de Johnson.
Fuente principal de la noticia: NBC