El Departamento del Tesoro preguntó a las agencias federales si pueden realizar sus próximos pagos en una fecha posterior, sobre todo si estas vencen a principios de junio, para retrasar la fecha X (del default). Mientras altos funcionarios de Biden buscan nuevas formas de conservar dinero en efectivo y evitar que el gobierno de EE.UU. se enfrente a un incumplimiento sin precedentes.
Sin préstamos adicionales, un nuevo aumento de los ingresos fiscales o nuevas formas de frenar el gasto, el gobierno federal espera incumplir un pago por primera vez en la historia moderna a principios de junio.
Una fuente dijo a The Washington Post que el Tesoro no ha pedido a las agencias federales que pospongan los pagos más allá de sus fechas de vencimiento.
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La semana pasada, altos funcionarios del Tesoro enviaron un memorándum a los organismos federales en el que les ordenaban que tomaran medidas adicionales para mantener al Departamento del Tesoro al corriente de sus gastos.
En el memorando David A. Lebryk, subsecretario fiscal del Tesoro, ordenaba a los funcionarios de las agencias que notificaran al Tesoro con al menos dos días de antelación todos los "depósitos y desembolsos" de entre $50 y $500 millones. Los pagos superiores a 500 millones requieren un preaviso de cinco días, según el memorándum.
"Por favor, insista a su personal en la importancia de estas actualizaciones durante este tiempo y para asegurarse de que los informes de su agencia son exactos", decía el memorando. "Sus oficinas de informes deben estar conciliando los montos informados con la actividad de pago real para garantizar la confiabilidad de estos informes durante el período crítico".
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Un portavoz del Tesoro le dijo al periódico que: "Para elaborar una previsión precisa en torno al límite de deuda, es fundamental que el Tesoro disponga de información actualizada sobre la magnitud y el calendario de los pagos de las agencias. Al igual que en anteriores episodios de límite de deuda, el Tesoro seguirá comunicándose regularmente con todos los aspectos del gobierno federal sobre sus gastos previstos."
La determinación de la cantidad exacta de dinero disponible para hacer los pagos federales se ha vuelto especialmente crítica, ya que algunos ayudantes de Biden buscan maneras de ganar más tiempo para las negociaciones de alto riesgo sobre el techo de la deuda que se están produciendo entre la Casa Blanca y el Capitolio.
En una carta enviada el lunes a los legisladores, la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, afirmó que el Congreso podría tener sólo hasta el 1 de junio antes de que el gobierno federal agote su provisión de efectivo, aunque volvió a pronosticar que el Tesoro podría aguantar hasta "principios de junio". Algunos pronosticadores de Wall Street han dicho que la verdadera fecha X -el día en que el gobierno finalmente deje de hacer un pago- es probablemente el 8 o 9 de junio.
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Con una gran afluencia de pagos trimestrales de impuestos que se espera que lleguen a las arcas del Tesoro el 15 de junio, los funcionarios de la administración están buscando maneras de acaparar dinero en efectivo y ganar unos días más.
Si consiguen llegar al 15 de junio, el aumento de los ingresos podría dar al Tesoro fondos suficientes para retrasar la fecha X hasta julio, cuando se dispondría de una nueva ronda de medidas contables, lo que quizá les permitiría alejar aún más la perspectiva de impago.
"Es posible que se guarden algún as en la manga para llegar al 15 de junio", dijo Marc Goldwein, vicepresidente senior del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un think tank con sede en Washington. "Y si llegan al 15 de junio, pueden ir mucho más lejos".
Los funcionarios de la Administración no apuestan por esta estrategia. Yellen ha insistido en que la única forma de evitar una calamidad es que el Congreso eleve el techo de la deuda antes de junio. Expertos presupuestarios independientes han subrayado que no existen buenas opciones legales para ampliar significativamente la cantidad de efectivo de que dispone el Tesoro.
Mientras tanto, algunos expertos temen que ampliar el plazo pueda tener la consecuencia no deseada de crear más incertidumbre entre los legisladores, lo que podría restarles presión a la hora de alcanzar un acuerdo para elevar el techo de deuda de $31,4 billones, incluso cuando el imperativo de que el Congreso actúe se hace cada vez más urgente.
Si Estados Unidos llega al borde del abismo, los ayudantes de Biden ya están explorando opciones unilaterales para evitar lo que muchos economistas creen que sería una crisis económica mundial. Un funcionario de la administración, que habló bajo condición de anonimato para describir las deliberaciones internas del gobierno, coincidió en que "estamos mirando debajo de los cojines del sofá". Pero", dijo la persona, "es un sofá muy grande".