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¿Por qué aprender a nadar podría salvar vidas de niños latinos?

45% de niños latinos tiene poca o ninguna habilidad para nadar. Los gobiernos locales de DC y Prince George ofrecen cursos gratis o a bajo costo

ACCIDENTES. El verano es la época en la que más ocurren accidentes en el agua, también es la temporada ideal para aprender o practicar natación. | Foto: Cortesía Departamento de Parques y Recreación de PG.

Con el calor en su esplendor, en DC, las 23 piscinas públicas están abiertas y sin costo. En Maryland, el Departamento de Parques y Recreación de Prince George tiene programas todo el año, ofrece becas y reducción de costos para que los bebés desde los seis meses hasta los mayores de 60 años.

Aún así, pocos niños latinos llegan hasta las piscinas. ¿La razón?, no saben nadar. Según la Fundación de Natación de Estados Unidos, un 45% de los infantes hispanos tiene pocas o ninguna habilidad en el agua, eso los pone al borde el peligro de ahogarse. Según Children’s Safety Network, en el país, cada año unos 900 pequeños muren ahogados. Esta cifra acerca a un concepto que tiene más vigencia en verano: seguridad en el agua.

UNIVERSIDAD.  Los niños latinos no ven a la natación como una fuente de empleo en el futuro y el pase para entrar a la universidad. | Foto: Cortesía CDC.

Si los padres no saben nadar es más probable que no inviertan tiempo ni recursos en una actividad que les asusta, eso impide ver a niños hispanos chapuceando en el agua y mucho menos formando equipos y participando en competencias.

Entre más pronto sus hijos aprenden a nadar mejor, ese es el mensaje de verano. “Es importante ejercitarse desde edades prematuras para afianzar una destreza de vida: mantenerse seguros en el agua. Mejor si es junto a la mamá o el papá, así estarán a gusto y protegidos”, dice Adrienne Harris-Moore, jefa de Instalaciones Atléticas y Acuáticas del Departamento de Parques y Recreación de Prince George.

ENSEÑAR.  El Condado de Prince George y 25 escuelas tienen un programa de verano para enseñar a nadar a los niños afroamericanos y latinos. | Foto: Departamento de Parques y Recreación de PG.

Harris-Moore recomienda buscar cursos cerca de las viviendas. “Tenemos varios en el condado para bebés de seis meses en adelante, aunque no es frecuente ver a padres e hijos aprender al mismo tiempo. La probabilidad es de seis veces más que los niños afroamericanos y latinos vengan de familias que no saben nadar. Para darles seguridad tenemos socorristas entrenados por la Cruz Roja Americana”, dice.

A partir de este año, esa municipalidad y 25 escuelas públicas se aliaron para ofrecer cursos gratuitos a los estudiantes del segundo grado. “Nos interesa tener diversidad de niños y de personal que refleje el rostro de nuestra comunidad. Somos un condado de minorías y eso queremos que se vea en las piscinas”, señala Harris-Moore.

Terapia y estimulación

Hay que aprender a nadar para no ahogarse si entra a una piscina, al mar, a un lago o a un río, eso sin hablar de otros riesgos como inhalar demasiada agua y la falta de oxígeno en los pulmones y el cerebro si no reflota a tiempo.

TERAPIA.  Valentina toma clases de natación desde los seis meses como deporte y como terapia para mejorar el lenguaje y el desarrollo motriz. | Foto: Cortesía Brenda Granados.

A Gerardo Ramírez le aconsejaron llevar a su niña a una piscina para ayudarla con sus problemas de balance, así viene haciéndolo desde hace cuatro años. Tener la alberca cerca de casa le favorece. “Tiene ocho años, su equilibrio está mejor y en el agua es menos tímida y sus dificultades de lenguaje disminuyen”, cuenta Ramírez.

Para Kareen Human, entrenadora certificada de la Unión Internacional de Triatlón, la natación beneficia el desarrollo físico, emocional, social e intelectual de los niños. La técnica se llama matronatación y lo ideal es sumergirse con el bebé desde los seis meses hasta los 2 años y medio e incluso hasta los tres.

“La estimulación temprana, a través de cantos y juegos, desarrolla vínculos afectivos y sociales; estimula la psicomotricidad y fortalece la respiración; madura su columna, piernitas y bracitos preparándolos para gatear o caminar. Ganan confianza en ambientes diferentes y de una manera natural los guiamos para la flotación y propulsión dentro del agua. De tal modo que cuando cumplen tres años y llega el momento de aprender a nadar están familiarizados con el medio acuático”, asegura Human.

Esta entrenadora insiste que a más tardar a los 6 años reciban clase de natación. “En mi experiencia, un niño expuesto al agua desde temprana edad aprende a nadar fácilmente y disfruta mucho. Los padres nos enfocamos en el momento de aprender a caminar; sin embargo, olvidamos la importancia de saber flotar y nadar. Si les damos esta herramienta de vida, los introducimos en un deporte que fortalece su cuerpo y les ahorramos la frustración de llegar a la juventud sin saber nadar”.

La aspiración de Ramírez es más modesta. Solo quiere que la natación ayude a su hija a mantener el equilibro y superar las dificultades del habla.

Mejor si es con los padres

Brenda Granados sabe que nadar es un deporte que pone a trabajar a todos los músculos. Eso la motivó a inscribir a sus niños en clases de natación en Prince George. “Comencé con mi niña desde bebé. Son 40 minutos dos veces por semana, pago $60 mensuales y me permiten entrar a la piscina con ellos”.

GRATUITAS.  En DC las piscinas públicas ya están abiertas y son gratuitas para todos los residentes que viven en la ciudad. | Foto: Departamento de Parques y Recreación de DC.

El primer hijo de Granados, Andrew, ya sabe flotar y bracear. “Desde que va a natación duerme mejor y se levanta tranquilo. A la pequeña Valentina le está costando más. “Ella tiene problemas de aprendizaje y desarrollo, estar dentro del agua le ayuda”.

Harris también asegura que la natación los ayuda a desarrollar habilidades de liderazgo. Granados encuentra otro beneficio: “los tiene lejos de la televisión y de los videojuegos”.

Programas y piscinas públicas

Ashly Boquin Contreras de niña se benefició de los programas de natación para familias de bajos recursos. Ahora es instructora de natación en Prince George. “Ofrecemos varios recursos y hablamos en español, aunque la presencia de latinos es baja o no se registran a tiempo”, dice.

EMPLEOS.  Los programas de natación ofrecen empleos de verano para instructores, salvavidas y personal de limpieza, ese es el caso en Prince George. | Foto: Cortesía Departamento de Parques y Recreación de PG.

Para conocer más sobre las ofertas en este condado ingrese a www.pgparks.com.

La falta de tiempo de los padres, los costos, la falta del idioma son algunas barreras. Para Marcus Fitts, entrenador certificado en DC, hay varias dinámicas que explican por qué los niños latinos y afroamericanos no se benefician, pese a que DC es uno de los mejores lugares para recibir lecciones gratuitas de natación para los residentes. “Incluso es una fuente para empleos de verano, hay entrenamiento para salvavidas sin costo, impartidos por el Departamento de Parques y Jardines de DC”, asegura.

“Creo que esa segregación histórica imposibilitó aprender a nadar a nuestros abuelos y padres. Un estudio de USAA Swimming encontró que nueve de cada 10 padres no sabían nadar en el 2017, lo cual significa que no animan a sus hijos”, asegura.

Fitts fue entrenador en Northwestern High School, en el condado de Prince George. Durante su permanencia fue difícil formar equipos de natación, eso se refleja la escasa diversidad latina y negra en los equipos de natación en los colleges y universidades. “Los padres no ven en la natación una prioridad ni una vía para lograr becas, porque es deporte costoso si se practica profesionalmente”.

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