A la luz de los comentarios con tintes racistas de un importante donante, la Secretaria de Negocios del Reino Unido, Kemi Badenoch, defiende un camino de reconciliación y de avance.
La política a menudo se cruza con principios personales. Por esta razón, en UK se aviva un controversial diálogo entre moral y pragmatismo. En este caso, la polémica se cierne sobre los insensibles comentarios de Frank Hester, un importante donante del Partido Conservador.
Kemi Badenoch, la secretaria de negocios de fuciones, fue una de las primeras personalidades públicas en el Reino Unido en denunciar como expresamente racistas lo dicho por Hester en 2019 acerca de la diputada Diane Abbott.
No obstante, ahora apacigua las reacciones desde una posición de perdón y avance.
Hester, que se disculpó por sus comentarios en los que se refería despectivamente a Abbott y sugería violencia contra ella, ahora encuentra en Badenoch una pacificadora.
¿Razones pragmáticas de la nueva moderación de Badenoch? Probablemente la donación de 10 millones de libras de Hester al Partido Conservador. Ahora, la ministra enfoca un proceso de reconciliación, calificando la indignación de algunos como "trivialidades".
No está demás recordar la inicial reacción política que generó el comentario de Frank Hester fue de inflexible repudio y condena. Incluso el primer ministro Rishi Sunak considero lo dicho como "racista e incorrecto".
Ahora los votantes esperan aclaratorias sobre la relación del primer ministro con Frank Hester. Surgen dudas sobre su afinidad.
En el Reino Unido se presenta otra vez una dinámca de responsabilidad moral y sentimiento público. Una situación que llama a reflexionar sobre los límites del perdón y sobre el pragmatismo gubernamental.
A medida que el Partido Conservador navega por las consecuencias y contempla el enfoque de Badenoch, los debates más amplios en torno a las donaciones políticas, la responsabilidad y la gestión de asuntos racialmente delicados ganan protagonismo.
El paso de Badenoch de la condena inmediata a la promoción del progreso y la reconciliación subraya los complejos dilemas a los que se enfrentan las figuras públicas.