Washington ha visto una mejora significativa con el Proyecto Barrios Seguros, una iniciativa destinada a frenar los delitos relacionados con armas de fuego, reseña WTOP:
Lanzado hace dos años, este programa estratégico ha remitido con éxito 127 casos de armas de fuego a los tribunales federales, abordando así una cuestión fundamental en la capital del país. El fiscal federal del distrito de Columbia, Matthew Graves, destacó en una reciente conferencia de prensa que la mayoría de los individuos implicados tenían amplios antecedentes penales, incluidas detenciones previas por delitos graves y participación en tiroteos anteriores.
La eficacia del Proyecto Barrios Seguros es el resultado de la colaboración entre varias agencias como la DEA, el FBI, la policía de DC y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. Los datos actuales de la policía de DC muestran un descenso del 22% de los delitos violentos en comparación con el año anterior.
El agente especial de la ATF a cargo, Craig Kailimai, señaló problemas persistentes como la manipulación ilegal de interruptores de conversión de ametralladoras y armas fantasma. Bajo el liderazgo del subjefe ejecutivo de policía Jeff Carroll, el Departamento de Policía Metropolitana ha intensificado sus acciones, incautando más de 930 armas de fuego este año, lo que supone un aumento del 19% respecto al año anterior.
Las decisiones estratégicas relativas a la jurisdicción para juzgar los casos, ya sea en el Tribunal Superior de DC o en el Tribunal de Distrito de EEUU, son cruciales para la estrategia del Proyecto Barrios Seguros. Matthew Graves explicó las diferentes normas jurídicas de estos tribunales, que ofrecen a los fiscales opciones versátiles para lograr condenas. Por ejemplo, la ley "Secure DC Act" permite condenas sin necesidad de demostrar que el acusado era consciente de poseer un dispositivo de conversión, un requisito exigido en los tribunales federales.
La jefa de policía del DC, Pamela Smith, observó un claro aumento de la confianza pública en las tendencias de seguridad. Sin embargo, también señaló que los delitos individuales pueden seguir perturbando a la población local, lo que pone de relieve el complejo reto que supone conciliar la percepción pública con los datos estadísticos. Michael Bader, profesor asociado de sociología de la American University, señaló que las percepciones de la delincuencia suelen ir a remolque de las tendencias reales debido a las experiencias personales y a la imagen que ofrecen los medios de comunicación.