En el mundo del boxeo, pocas historias son tan fascinantes como la de Nicolino Locche, un legendario boxeador argentino conocido por ganar encuentros sin dar un sólo golpe.
Conocido como "El Intocable" y "Chaplin", Locche era de admirar, por sus extraordinarias habilidades defensivas y su capacidad para entretener al público con sus movimientos escurridizos y casi teatrales en el ring.
Un boxeador poco convencional
A diferencia de la mayoría de los boxeadores, que suelen mostrar un comportamiento tenso y lleno de adrenalina antes de una pelea importante, Locche se caracterizaba por su actitud relajada.
Incluso horas antes de un combate crucial, podías encontrarlo fumando tranquilamente en su hotel, ajeno al bullicio que lo rodeaba. Esta calma y enfoque imperturbables eran parte de su personalidad única y contribuían a su éxito en el ring.
El argentino se plantaba frente a sus oponentes y los retaba a pegarle. También tenía un gran sentido del humor. Muchas veces Locche permitía que sus oponentes lo arrinconaran, sin incomodarse conseguía salir de la situación fácilmente gracias a su cabeceo y defensa "Philly Shell".
Triunfo histórico para Argentina
El 12 de diciembre de 1968, en Tokio, Locche alcanzó un hito histórico al conquistar el campeonato mundial junior de peso welter. Tras una actuación magistral, Fujii, abrumado y sin una contraestrategia, concedió la derrota en el noveno asalto.
Tras el combate, haciendo gala de su característico humor y su conducta relajada, Locche bromeó célebremente a un reportero: "¿Qué pelea?" mientras encendía un cigarrillo, reseñó The Independent.
Esta victoria no sólo lo consagró como campeón mundial, sino que también aseguró el tercer título mundial de boxeo para Argentina y lo inmortalizó como un genio defensivo.
Nicolino Locche, genio de la defensa impenetrable
Si bien el índice de knockouts en la carrera de Locche era relativamente bajo - solo el 12% - su habilidad para esquivar golpes lo diferenciaba de la mayoría de los boxeadores de su época, quienes a menudo recurrían a la fuerza bruta.
El combate contra Fujii fue un ejemplo perfecto de su maestría defensiva. Durante los primeros tres asaltos, Fujii, un exmarine estadounidense conocido por su potencia de golpeo, no pudo conectar ni un solo golpe. Atónito ante las rápidas maniobras y la sincronización impecable de Locche.
La estrategia de Locche era poco convencional y a menudo desconcertaba a sus oponentes. Bajaba la guardia, conversaba con los periodistas junto al ring y esquivaba golpes con una fluidez casi hipnótica, cautivando a sus seguidores y frustrando a sus rivales. Su confianza y tranquilidad en el ring eran contagiosas, y su estilo único lo convirtió en una figura legendaria del boxeo.
Campeón mundial y un récord excepcional
El reinado de Locche como campeón mundial incluyó cinco exitosas defensas del título. La mayoría de ellas fueron celebradas en la emblemática arena Luna Park de Buenos Aires.
Tras una carrera formidable, se retiró del boxeo profesional en 1976 con un récord excepcional de 117 victorias, 4 derrotas y 14 empates, además de 14 victorias por nocaut.
Locche conquistó el boxeo con su ersonalidad nica y estilo inigualable
Más allá de sus logros deportivos, Locche se destacó por su personalidad única y su estilo de vida atípico para un boxeador. Su afición a los cigarrillos y su porte tranquilo contrastaban fuertemente con su actuación estratégica y ágil en el ring. Esto lo convirtió en una figura aún más fascinante y cautivadora para el público.
A pesar de los problemas de salud que enfrentó debido a su hábito de fumar - el cual tenía desde los nueve años - Locche recibió numerosos reconocimientos por su trayectoria deportiva.
En 2003, fue incluido en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo, donde Angelo Dundee destacó su talento y dedicación al deporte.
Una semana antes de su fallecimiento en 2005, recibió por fin el cinturón de campeón del peso welter junior. Esto fue un homenaje tardío a sus habilidades y un recordatorio de su legado perdurable en el boxeo.
El estilo único y el espíritu indomable de Nicolino Locche en el cuadrilátero han dejado una huella indeleble en el mundo del boxeo, y siguen inspirando e influyendo en generaciones de deportistas. Su legado en el boxeo profesional y en la deportividad es realmente inigualable, por lo que celebramos su vida como uno de los grandes de todos los tiempos en la historia del boxeo.