Un hombre de Virginia compareció el lunes ante un tribunal federal, acusado de amenazar de muerte a la vicepresidenta Kamala Harris. El caso arroja luz sobre una compleja red de amenazas en línea que se extiende a otras figuras de alto perfil, incluidos el presidente Joe Biden y el director del FBI Christopher Wray, reseña WTOP.
Los registros judiciales identifican al acusado como Frank Lucio Carillo. Según estos registros, Carillo publicó amenazas en la plataforma de medios sociales de derechas Gettr, dirigidas no sólo a la vicepresidenta Harris, sino también a otros funcionarios. La Oficina Federal de Investigación, en respuesta a una citación judicial, descubrió 4.359 posts realizados por Carillo, incluidas amenazas gráficas contra Harris. En un post, Carillo supuestamente amenazaba con mutilar a la vicepresidenta, escribiendo: "Te sacaré los ojos", y deseaba que "sufriera una muerte lenta y agonizante".
Las amenazas de Carillo se extendieron más allá de Harris. Los documentos judiciales revelan un patrón de mensajes perturbadores, incluido un post islamófobo en el que Carillo instaba a la gente a "salir con sus armas y matar a todos los musulmanes". Este patrón más amplio de retórica amenazadora pone de relieve la gravedad de sus acciones. La situación se agravó aún más cuando agentes del FBI visitaron la residencia de Carillo. Durante este encuentro, Carillo reconoció sus publicaciones en Internet, preguntando si los agentes estaban allí "por lo de Internet". Admitió: "Lo publiqué", y dijo: "Supongo que voy a necesitar un abogado".
Los agentes federales encontraron dos armas de fuego en la casa de Carillo: una pistola comprada en 2023 y un rifle adquirido este año. La presencia de estas armas añade una capa preocupante a la conducta imputada, indicando potencialmente un riesgo elevado de que las amenazas se lleven a cabo. El jueves está prevista una vista para determinar si Carillo permanecerá detenido mientras avanza su caso. La CNN se ha puesto en contacto con el abogado de Carillo para solicitarle una declaración, pero aún no ha recibido ningún comentario.
Este caso pone en primer plano las cuestiones críticas que rodean a las amenazas en línea y las responsabilidades de las fuerzas del orden. A medida que crecen las plataformas en línea, el reto de vigilar y mitigar la retórica violenta se hace cada vez más complejo. El resultado del caso de Carillo puede sentar precedentes significativos sobre cómo se gestionan jurídicamente los futuros casos de amenazas en línea contra figuras públicas. Los funcionarios públicos y la comunidad en general observan con atención cómo el sistema judicial aborda estas graves acusaciones.