El Departamento de Justicia de Estados Unidos reclama más de 100 millones de dólares en costes de limpieza al propietario y al gestor del carguero implicado en el derrumbe del puente de Baltimore, reseña WUSA9.
La demanda, presentada el miércoles en Maryland, alega fallos en el mantenimiento de los sistemas eléctricos y mecánicos del buque. El carguero, llamado The Dali, perdió potencia y chocó contra una columna de soporte del puente Francis Scott Key, provocando el derrumbe de la estructura en marzo.
El fiscal general Merrick Garland declaró: "Con esta demanda civil, el Departamento de Justicia pretende garantizar que los costes de despejar el canal y reabrir el puerto de Baltimore recaigan sobre las empresas responsables, no sobre el contribuyente estadounidense". Las empresas implicadas, Grace Ocean Private Ltd. y Synergy Marine Group, ambas con sede en Singapur, se enfrentan a acusaciones de negligencia. La demanda afirma que permitieron que un barco no apto para navegar navegara por una vía navegable crítica, a pesar de ser conscientes de su estado.
La colisión causó la trágica muerte de seis trabajadores del puente que realizaban reparaciones durante la noche. El derrumbe del puente interrumpió gravemente la navegación comercial a través del puerto de Baltimore, que no reabrió completamente hasta junio. El fiscal general adjunto en funciones, Chetan Patil, subrayó: "Este accidente fue consecuencia de las decisiones imprudentes y gravemente negligentes de Grace Ocean y Synergy. Eligieron imprudentemente enviar un buque no apto para la navegación a través de una vía navegable crítica, ignorando los riesgos para las vidas y las infraestructuras estadounidenses'.
En las caóticas secuelas, funcionarios de la ciudad y empresas locales se han unido a las familias de las víctimas para presentar demandas por negligencia contra las empresas. Grace Ocean y Synergy Marine habían intentado previamente limitar su responsabilidad legal, preparando potencialmente el escenario para uno de los casos de siniestro marítimo más caros de la historia.
Este siniestro subraya la importancia de la seguridad marítima y del mantenimiento adecuado de los buques. A medida que prosiguen los procedimientos judiciales, la atención sigue centrada en hacer que los responsables rindan cuentas económicamente, en lugar de gravar a los contribuyentes. La persecución de la justicia pretende abordar la pérdida de vidas, el impacto económico en el puerto y el sufrimiento de la comunidad en general.