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Inician demanda colectiva por brote de COVID-19 en un centro de detención de Maryland

Hasta el sábado, 169 reclusos y 80 miembros del personal estaban infectados en el recinto

PROTESTA. Manifestantes frente al Centro de Detención de Chesapeake, en Baltimore, durante una marcha de Black Lives Matter en 2015. | Foto de archivo: Ricky Carioti / The Washington Post.

Defensores de los detenidos dentro del Centro de Detención de Chesapeake de Maryland presentaron una demanda federal el sábado, alegando que una serie de condiciones insalubres fomentaron un brote de coronavirus que afectó a 234 reclusos y empleados.

La demanda colectiva, presentada en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos de Baltimore, alega, entre otras cosas, que los guardias de las instalaciones rara vez usaban mascarillas previo al juicio de 400 imputados; y que los detenidos sanos fueron obligados a ingresar a celdas contaminadas que no habían sido desinfectadas.

En un caso, una mujer recién ingresada en las instalaciones fue mantenida en una celda rodeada a ambos lados por otras celdas donde permanecían hombres que recientemente habían dado positivo. En otro, un detenido masculino fue obligado a permanecer en el mismo lugar con un compañero que mostraba claros síntomas de infección, como tos y fiebre, según la demanda.

“Estaba durmiendo con la mascarilla puesta”, dijo un detenido en la denuncia presentada en nombre de ocho reclusos, que recientemente dieron positivo en la prueba o tienen condiciones de salud subyacentes que los hacen más vulnerables a la infección. “Traté de limpiar mi celda. Pero realmente no pude desinfectarla”, añadió.

Junto con los hogares de ancianos y otros entornos, las cárceles de la región de Washington se han visto afectadas por el virus, lo que ha llevado a los funcionarios a incluir todos esos entornos en las listas de prioridades para las dosis de vacuna.

Pero algunos centros de detención y prisiones aún no han recibido ninguna dosis, advierten los defensores.

Mark Vernarelli, portavoz del Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales de Maryland, se negó a comentar el sábado sobre las acusaciones. La denuncia nombra a Robert L. Green, el secretario del departamento, y a Calvin Wilson, el director de Chesapeake, como coacusados.

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Pero Vernarelli dijo en un comunicado que los 21 centros de detención del estado siguen las pautas del Departamento de Salud de Maryland para contener la propagación del coronavirus, incluidas pruebas frecuentes, el aislamiento de los infectados y restricciones a la interacción entre los reclusos.

Hasta el sábado, 169 reclusos y 80 miembros del personal en el sitio de Chesapeake estaban infectados, según el sitio web del Departamento de Seguridad Pública y Servicios Correccionales. En general, en todo el sistema de detención estatal se infectaron 4 mil 067 reclusos y 2 mil 073 empleados.

John Fowler, abogado del Comité de Abogados por los Derechos Civiles bajo la Ley, dijo que la gran cantidad de infecciones reveló las actitudes relajadas que los funcionarios estatales de correcciones todavía tienen sobre el virus.

Fowler señaló que los grupos defensores pidieron repetidamente a Green y Wilson que hicieran más para proteger a los detenidos de Chesapeake, sin obtener una respuesta.

“Sabemos que el alcalde ha visto lo que está pasando (...) A un año después de que COVID-19 entrara en escena esto no debería estar sucediendo”, denunció.

Otros centros de detención en la región también han registrado recientemente picos de infecciones.

Por Antonio Olivo/The Washington Post.

Traducción libre del inglés por El Tiempo Latino.

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