Washington DC.- Más de cinco horas después del tiroteo en la base naval de DC que dejó al menos 12 muertos y varios heridos, David Reyes esperaba a su esposa el lunes 16 de septiembre a alrededor de las 2pm. Dina Reyes, es una de los miles de empleados civiles y activos de la naval que quedaron encerrados por varios en el edificio, tras ocurrir la balacera.
“Por fortuna me he podido comunicar con ella. Y sé que está bien”, expresó Reyes, originario de Texas, quien es oficial de la Fuerza Aérea. “Pero ahora estoy esperándola y sé que puede tardar entre minutos u horas el reencontrarme con ella”, agregó Reyes quien se ubicó entre las calles 3 y M a unas cuadras del edificio donde ocurrieron los disparos. La pareja tiene dos niños, de 1 año y 13.
Varias calles alrededor de la zona fueron cerradas. La actividad policial por tierra y aire permaneció durante toda la mañana y tarde.
Las sirenas, ambulancias y camionetas del FBI rondaron el vecindario.
Uno de los autores del tiroteo falleció durante el enfrentamiento policial y entre los heridos se encuentra un oficial de la Policía.
Durante una conferencia de prensa, la jefa de la Policía de DC, Cathy Lanier, dijo que uno de los sospechosos murió. En un principio se dijo que habían dos sospechosos más, pero luego las autoridades aclararon que se trata de uno, identificado como un “pistolero potencial”.
Los tiroteos se originaron a alrededor de las 8:20am. Uno de los militares que pidió no ser identificado se aproximó pasada la 1pm al estacionamiento frente al edificio principal y dijo a El Tiempo Latino que “esta mañana me quedé dormido, pero cuando me alistaba a venir vi todo el caos que estaba pasando”.
A unas cuadras de la escena, la mañana del lunes, Leyder Reza, de 25 años, no escuchó ningún tiroteo, pero sí los gritos de un policía que le ordenaba bajarse del edificio en donde estaba supervisando una construcción. “La Policía nos ordenó a gritos que todos bajáramos y que nos fuéramos del lugar, entonce vi más carros y ambulancias que se dirigían a la base naval”, contó el hispano, nacido en Texas, quien vive en Maryland.
En una segunda conferencia de prensa, Lanier dijo que todavía no había un motivo del crimen y que las autoridades estaban buscando a un sospechoso, en lugar de los dos que dijo previamente. Se trata de una persona de raza negra, posiblemente vestido con uniforme militar.