
MIGUELLOON. Globos de múltiples colores y formas.
Cuando en 1983, el boliviano Miguel Hugo Flores Saravia debutó como payaso en un festival infantil en su natal Oruro, también dio inicio a una etapa de su carrera artística, que por casi tres décadas le ha permitido hacer sonreír a millones de niños de muchas partes del mundo.
De padres, abuelos y bisabuelos artistas y después de seguir con el legado de su familia en el histórico Carnaval de Oruro, en las faldas del Cerro Pie de Gallo en esa ciudad, Flores llegó a Estados Unidos en 1999 como parte de un grupo cultural del emblemático baile típico la Diablada.
“Pertenezco a la cuarta generación de artistas de mi familia Flores, que es muy reconocida en Bolivia y principalmente en Oruro”, dijo Flores a El Tiempo Latino. “Desde niño me crié en ese ambiente como creador, músico y cantante. Luego empecé con grupos dedicados a la cultura infantil y debuté como ‘payasito’ a los doce años en un programa de televisión”, recordó.
Fue en 1983, cuando trabajaba en la televisión de Oruro, cuando Flores inició un programa especializado en el mundo infantil y creó a su payasito. “Aprendí sobre cómo alegrar a los niños y el tipo de actividades que podía hacer y conocí mejor el arte de ser un payaso, los títeres y la magia”, dijo Flores, cuyos personajes más populares son el payaso “Pelukyta”, “Hugo el Mago” y “Miguelloon”.
A la televisión ingresó como estilista, y luego nació su popular personaje. “Nadie me llamaba Miguel, todos me decían ‘peluquita’ y así fue como tuve que superarme, trabajando con circos, ferias, festivales, mientras que con mi familia seguía la tradición artesanal”, agregó.
Pero una vez radicado en Estados Unidos, Flores se dio cuenta de que el tipo de trabajo que realizaba sólo abarcaba a la comunidad boliviana por las tradiciones de la danza y la música de Oruro.
“Entonces tuve que agarrarme fuerte del otro tipo de arte que dominaba como la animación y el arte para niños, como payasito”, dijo.
Y al igual que sucede a muchos inmigrantes que llegan con su talento a este país, a Flores no le resultó fácil el cambió.
“Comencé con fiestas de cumpleaños, reuniones familiares y matrimonios que es lo más tradicional aquí”, expresó.
Pero su talento empezó a aflorar y además de payasito empezó a trabajar como mago, dando vida a “Hugo el Mago”. “Fue necesario porque hay muchas personas en este país que por cultura, religión y tradiciones no creen en los payasos”, acotó Flores quien el pasado 29 de septiembre, Día de San Miguel Arcángel, celebró sus 41 años. “Cantando y bailando en un festival”, dijo, en alusión a que ese día también estaba trabajando.
La necesidad de diversificarse obligó a Flores no sólo a ejercer como payaso y mago, sino que sacó a relucir su arte de hacer cualquier cantidad de figuras con globos multicolores. También pinta caras, canta y realiza juegos para niños en festivales, escuelas y reuniones particulares en español y en inglés.
A “Pelukyta” y “Hugo el Mago” se sumó en 2006 “Miguelloon, quien se especializa en las figuras con los globos y a pintar las caritas de los niños. “Miguelloon es el payasito Pelukyta pero sin maquillaje”, sonrió Flores, quien en 2001 grabó un disco con las canciones de su popular payaso.
Pero los éxitos de Flores no conocen límites. Y al igual que su familia lo encaminó a él para que ejerciera ese talento con el que los dotó la naturaleza, Flores ya tiene también su propia familia de payasos.
Su esposa Sonia, quien se inició como su asistente en sus presentaciones, creó en 2006 a “Wiggy la Payasa” y ahora se presenta en fiestas y otros eventos. Y la herencia artística de los Flores no se detendrá ahí: America, la hija de Sonia y Miguel, también divierte a los niños como la payasita “Moose”. “Es un mundo muy especial”, concluyó Flores, quien puede ser contactado por el teléfono 703-6680388 o visitando las páginas web del payaso www.pelukyta.com o la del animador www.miguelloon.com.