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Lidia Soto-Harmon es Girl Scout de corazón

Lidia Soto-Harmon, CEO Girl Scout DC

 La CEO del Consejo de Girl Scout de la Capital de la Nación, Lidia Soto-Harmon, centro, en compañía de (de iz. a der.) Wendy Márquez, Zoé Rodríguez, Nuria González y Ximena Pérez, en la oficina de Girl Scout en Washington, DC, el 6 de noviembre de 2014.


           
   

Alfredo Duarte Pereira para ETL

La CEO del Consejo de Girl Scout de la Capital de la Nación, Lidia Soto-Harmon, centro, en compañía de (de iz. a der.) Wendy Márquez, Zoé Rodríguez, Nuria González y Ximena Pérez, en la oficina de Girl Scout en Washington, DC, el 6 de noviembre de 2014.

Su vida no ha sido un camino de rosas, pero sí —y ella lo enfatiza— el trayecto de quien ve hacia adelante por encima de obstáculos.

“Me considero primera generación en este país”, cuenta Lidia Soto-Harmon, la CEO del Girl Scout Council of the Nation’s Capital. “Soy de padres cubanos pero me crié en América Latina: en Ecuador y en El Salvador.  Vine a Estados Unidos cuando tenía 15 años y recuerdo de aquel entonces decirme a mí misma las dos cosas que quiero hacer en mi vida: quiero usar mi español y quiero ayudar a la comunidad. Y, gracias a Dios, en todas las cosas que me han salido en el camino he podido usar esas dos partes de lo que yo soy para mejorar el mundo”.

Termina sus frases en una sonrisa que te vuelve loco, en el sentido quijotesco de la palabra locura. Su misión no es un sueño imposible, sino vivir la realidad de los sueños. A Soto-Harmon se le ilumina el rostro cuando habla de sus niñas, de esas jovencitas, de sus girl scouts, porque entiende el privilegio que es ejercer un oficio que consiste en servir a otros, en cambiar vidas.

Lleva 10 años con la organización Girl Scout. Comenzó como subdirectora y, desde hace cinco años, ejerce de CEO en la región metropolitana de Washington, DC. Sus logros se pueden medir, son tangibles: ha elevado la membresía y las donaciones corporativas a cifras de récord; y hace un par de años orquestó una concentración de más de 250.000 girl scouts en el National Mall para celebrar un siglo de existencia de la organización al tiempo que recaudaba más de $2.5 millones para ayudar a jovencitas del área. Porque esta incansable CEO nunca pierde de vista el valor de lo intangible en todo lo que hace.

“En nuestra área metropolitana las niñas inmigrantes deben sentir mayor confianza en sí mismas, tienen que saber que pueden triunfar, y esa es nuestra misión… ayudar a desarrollar esa autoestima. Que sientan que hay personas que las quieren impulsar”, explica.

Y parte del “impulso” de Soto-Harmon es la iniciativa que organiza en marzo de 2015 bajo el título de “El Encuentro de Chicas Latinas”.

“Queremos ayudar a crear un espacio donde niñas que no son girl scout puedan acudir y aprender sobre qué es el liderazgo, acercándolas a mujeres que han triunfado pero que han tenido dificultades y que aprendan que eso mismo es lo que ayuda a ser mejores líderes, porque aprendemos cuando fallamos y seguimos adelante”, dice.

Sin duda, los errores pueden ser la mejor escuela, pero a veces se necesita de mentores, de manos amigas en el camino. Y ahí es donde juega un papel fundamental Girl Scout.

“Las líderes de tropa son esos modelos para las niñas, pero tambien todas las mujeres. Siempre les digo a las mujeres que han triunfado y que vienen a hablarles a las niñas, que no les hagan los cuentos de las grandes cosas que han hecho. Háganle los cuentos en las vidas de ustedes de cuando fallaron, porque una niña necesita saber que aun cuando uno falla, uno puede seguir adelante…Y a veces cuando ven a una mujer formada, vestida elegante, piensan que eso no está a su alcance. Pero cuando oyen que es una persona que a lo mejor no tenía documentos cuando llegó, pero pudo arreglar sus papeles… cuando oyen que esa persona no hablaba el inglés al llegar, pero pudo aprender y salir adelante y triunfar… eso las inspira y les hace ver que hay un camino”.

Las palabras de Soto-Harmon son pasión, no discurso. Porque para ella “servir es liderazgo”.

Soto-Harmon estudió literatura española y ciencias políticas en Drew University y tiene un Master en administración pública de la George Mason University.

Su vida profesional ha estado vinculada a la política desde el servicio a la mujer. En 1998 el presidente Bill Clinton la nombró “Deputy Director of the President’s Interagency Council on Women”, una agencia cuya presidenta de honor era la primera dama Hillary Rodham Clinton.

Antes, cuando trabajaba para la fundación Fannie Mae desarrolló la primera estrategia nacional dirigida hacia los inmigrantes —en nueve idiomas diferentes— para educar a la comunidad en el proceso de compra de la vivienda en este país.

Ella cree en los sueños como parte consustancial de la realidad práctica y tangible. En su oficina de la avenida Connecticut en Washington, DC, se rodea de fotos que congelan en el tiempo sesiones de trabajo con Hillary Clinton o Michelle Obama. Y junto a ellas destacan dos figuras en madera: Don Quijote de La Mancha y su fiel escudero Sancho Panza.

“Pienso en Don Quijote [Y hace un inciso para recitar párrafos de memoria salidos de la boca del hidalgo de La Mancha]… lo que esa figura significa para mí es tener un sueño y pensar que sí se puede mejorar el mundo”, explica y añade, con énfasis, sonrisa en ristre: “Y debemos siempre saber que aunque los que te rodean te digan que no es posible, tú tienes una voz interior que te dice que sí es posible y debes seguir adelante”.

Y una organización como Girl Scout, ¿cómo puede ayudar a una joven latina en ese camino?

“Somos una organización fuerte en la comunidad y disponemos de ayuda financiera  que es lo que, a veces, impide a algunas niñas ser miembros de la organización”, dice y cuenta que “la semana pasada” la visitó una mamá acompañada de su hija Sofía. Esa visita fue para Soto-Harmon la comprobación emocional y humana de cómo cambia vidas la organización que dirige en la región de DC.

“La mamá, con lágrimas en los ojos, me contó que Sofía llegó a este país con 9 años y que tiene una discapacidad porque le cuesta la lectura y la mamá se preguntaba qué podía hacer con su hija. No sabía cómo integrarla… Nosotros la integramos. Le dimos una beca para asistir a nuestro Camp CEO donde traemos a mujeres de negocios a que hablen a las niñas… Sofía, después del Camp, escribió un ensayo que fue publicado en un libro. Así que esta niña ha cambiado a los 14 años. La mamá me dijo que la Girl Scout le había cambiado la vida a su hija porque ha sacado algo que ella no sabía que ella llevaba dentro: ese sentimiento de liderazgo que ahora ha podido surgir, al haber sido nutrida por gente que la admiraba por lo que era —una niña llena de posibilidades”.

Soto-Harmon, quien confiesa necesitar un GPS para orientarse cada día en la capital de la nación, es capaz de organizar viajes de vida a miles de jovencitas “llenas de posibilidades” porque, dice, cada día “es diferente y emocionante” y llega lleno de oportunidades para ayudar a los demás.

Hoy que las latinas son una de cada cuatro jóvenes en Estados Unidos, el mensaje de Soto-Harmon es claro: “Hay que soñar grande porque las posibilidades están ahí, éste es un país acogedor que nos ayuda si de verdad le damos oportunidad a las cosas que están en frente de nosotros”. Y le recuerda a todas las jovencitas latinas que nunca deben perder el “cariño por nuestra cultura”, nunca olvidar  “de dónde venimos porque una de las razones por la que organizamos ese encuentro de Niñas Latinas en 2015 es para reafirmarnos: de donde son ustedes, los países de los que vienen, el hecho de que hablan español, es una parte muy importante y valiosa para pertenecer con orgullo a esta sociedad”.

Antes de terminar la conversación con Lidia Soto-Harmon nos rodearon cuatro jóvenes muy especiales: Wendy Márquez, Nuria González, Ximena Perez y Zoé Rodríguez. Wendy es estudiante de Jefferson High School, de origen salvadoreño y nacida en Fairfax, Virginia. “Girl Scout es mi comunidad, como hermanas que tengo”, dijo Wendy. Nuria y Ximena son mexicanas y están haciendo un internado como parte de  un programa entre la organización y el Gobierno de México. Zoé es puertorriqueña y trabaja como especialista de alcance lingüístico para Girl Scout de la capital de la nación. “Fui Girl Scout por 13 años y doy fe que la organización funciona y exhorto a las niñas a que participen del Encuentro en marzo de 2015. Una oportunidad para chicas del 6 al 12 grado”.

Para más información http://www.gscnc.org/