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Fernando Villapol: el escultor de Olney

Fernando Villapol disfruta del mes de agosto en Maryland. El escultor posa junto a su escultura homenaje al monumento a Washington.


           
   

Alberto Avendaño-ETL

Fernando Villapol disfruta del mes de agosto en Maryland. El escultor posa junto a su escultura homenaje al monumento a Washington.

El escultor Fernando Villapol, izq., conversa con el director de El Tiempo Latino, Alberto Avendaño, en Olney, Maryland, a primeros de agosto de 2015.


           
   

Cort. Sonia Villapol

El escultor Fernando Villapol, izq., conversa con el director de El Tiempo Latino, Alberto Avendaño, en Olney, Maryland, a primeros de agosto de 2015.

Asegura que quería ser escultor desde niño, se define como un híbrido artístico que busca la abstracción en la piedra y se confiesa fascinado por la capacidad de los estadounidenses para desprenderse de las cosas. Su nombre es Fernando Villapol y, si bien en su España natal es un escultor conocido y de amplia trayectoria, en este segundo viaje a Maryland dice que se siente como un espía del arte.

“Estoy seguro que a mi regreso a Galicia, todo lo que he absorbido en Olney y en toda esta región de Washington, DC, saldrá en forma de escultura”, dijo Villapol a El Tiempo Latino durante una conversación veraniega en el jardín de la casa de su hija, la doctora Sonia Villapol, profesora de neurociencia en la universidad de Georgetown.

“Mi hija tiene en su oficina en la universidad una escultura que hice en mi anterior viaje: un astrocito alimentado a una neurona”, explica Villapol —Los astrocitos se encargan de aspectos básicos para el mantenimiento de la función neuronal, entrelazándose alrededor de la neurona para formar una red de sostén.

Y es que Villapol “alimenta” su arte con su vida familiar: la ciencia de su hija Sonia o la fantasía de su nieta Shayla Antía le sirven para crear. Hace un par de años, en su primera visita a Olney, se fue con su yerno, Todd Treangen —doctor en bioinformática—, a comprar un par de toneladas de piedra granítica que en unas semanas convirtió en esculturas para la familia. Las obras terminaron adornando el jardín delantero de la casa; pero la protesta de una vecina obligó a la familia a retirar las esculturas que hoy adornan el patio trasero de la casa familiar.

“No es cosa de los americanos, es que en todas partes hay gente que no acepta el arte tan cerca de ellos”, dice Villapol quien define su estilo como REABSU: REalista, ABstracto y SUrrealista.

Natural de Asturias, pero enraizado en Bretoña, Galicia, Villapol le da mucha importancia a sus raíces y a la necesidad imparable en su interior de responder al llamado artístico.

“Yo fui empresario durante un tiempo para poder financiar mis sueños artísticos”, dice y añade que tuvo “la suerte” de que Antía Salgado, su esposa durante 40 años, “aguantara” vivir con él.

“Lo cierto es que mi mujer siempre hizo las policromías de mis esculturas en madera, y así al involucrarse en mi trabajo no tuvo que sufrirlo tanto”, sonríe Villapol.

“La madera para mí tiene más límites que el granito y éste es superior al mármol, pero si quieres algo más táctil debes trabajar el mármol”, dice y añade que ahora él quiere “formas imposibles” y por eso sigue trabajando la piedra. Y puntualiza en lengua gallega: “a madeira estouna deixando de lado” (“Estoy abandonando la madera”) .

En la casa de Olney, sobre una mesa, reposa el homenaje de Villapol al monumento a Washington, el primer presidente de Estados Unidos después de su independencia. Es una mano que “abraza e indica la cúspide, la llegada al cielo, como un símbolo de respeto a la gran hazaña de la construcción de Estados Unidos”.

Villapol se confiesa fascinado por esa capacidad estadounidense de cambiar, de “desprenderse de todo”, de dejar atrás y ver hacia adelante. Y antes de marcharse del área metropolitana de Washington planea hacer una exposición conjunta con otro artista en Maryland.

“Éste es para mí un viaje familiar, para ver a mi hija, a mi yerno y a mis nietas… pero como artista siempre te impregnas de lo que te rodea y sé que Olney, Maryland y Washington, DC, acabarán saliendo en mi obra futura sin que yo lo fuerce”, comenta Villapol y cita a Gandhi diciendo que quiere que todas las culturas del mundo entren en su casa. “Las recibo con los brazos abiertos, pero sin sentirme arrastrado por ninguna”, concluye.

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