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Carmen de Vicente, amor a la danza

Es profesora de Danza Española titulada por el Real Conservatorio de Música y Danza de Madrid, llegó hace 20 años a USA y, desde  entonces, Carmen de Vicente combina la enseñanza con su labor al frente de la agrupación sin fines de lucro “Requiebros Spanish Dance Group”, iniciativa que surge hace dos años gracias al apoyo de la División Cultural del Condado de Arlington, con la que Carmen lleva trabajando 17 años. En todo este tiempo, Carmen no ha perdido ni la expresividad ni el acento. Mujer intuitiva y sensible, anticipa mi primera pregunta y responde “enseñamos Danza Española en general, no sólo el flamenco que es lo más conocido, sino también el folclor de las diferentes regiones españolas; las danzas del siglo XVIII, también conocidas como Danzas Goyescas”. Dice sentirse “un poco Quijote porque la gente tiene un cliché acerca de España…”

—Profesora  y bailarina, pero también concertista de castañuelas, actuando en escenarios tan prestigiosos como el Concert Hall del Kennedy Center. Y fundadora de la “Orquesta de Castañuelas Carmen de Vicente”, ¿cómo surge esta idea?

—Las castañuelas son mi pasión como instrumento solista, pero también las uso como una forma de ayudar a mis alumnos a desarrollar un mejor sentido del oído, del ritmo. Empezamos con piezas que ya conocían como el Concierto número 5 de Brandemburgo, o el Tico Tico. Y así nació el “Castanet Ensemble Carmen de Vicente”. Un día se nos ocurrió tocar una pieza en un festival y desde entonces no dejamos de hacerlo. Puedo decir que somos la única orquesta de este tipo en el mundo.

—¿Por qué dice sentirse una Quijote de la danza en el área de Washington?

—Porque estoy ubicada en el área donde está la embajada de España en Estados Unidos… Y no es que uno espere gran cosa de los estamentos oficiales pero como se da la circunstancia de que la embajada está aquí y tiene una magnífica Oficina Cultural pues uno espera que ésta apoye o promueva lo que uno hace que al fin y al cabo es difundir parte de la cultura española. Excepto cuando la llevaba el señor Romero de Terreros, consejero cultural que sí que nos ayudó bastante, en estos 20 años poco apoyo hemos tenido y luego como estos cargos son temporales de tres o cuatro años pues no da tiempo. Recibimos mucho más apoyo del Condado de Arlington. El actual cónsul de España en Washington, Enrique Sardá Valls, sí nos ha ayudado mucho como también lo hizo el embajador Rupérez apoyando con su presencia en los eventos, pero desde la Oficina Cultural, como digo, nada de nada… Tampoco ninguna asociación o casa de comunidad autónoma española se ha dirigido a mí para montar algo de  forma conjunta. Se fomentan eventos gastronómicos  pero ¿por qué la danza es la hermana pobre de las artes?

—Usted ha renunciado a ser profesora en universidades por su hija…

— Mi hija Rocío siempre ha sido la prioridad para mí. He querido vivir todas las etapas de su crecimiento al máximo.  Pero nunca he querido que ella siguiera mis pasos porque era consciente de que en este país es más sencillo ser astronauta que profesora o bailarina de Danza Española, pero ya desde los tres años lloraba si no venía a las clases conmigo… Hace dos años, descubrí su calidad tocando castañuelas y me sorprendió muchísimo porque nunca le di clases privadas ni nada parecido y, desde entonces, hacemos dúos madre-hija que gustan muchísimo.

—¿Planes de futuro?

—Irnos a Japón. Porque allí adoran lo español y sé que allí las castañuelas gustarían muchísimo… Necesitamos quién nos lleve ¡Buscamos manager que nos lleve a Japón!

Para más información, www.carmendevicente.com/home.html o entrar en  la página de Facebook “Requiebros Spanish Dance Group”

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