Ante la cada vez mayor presión que ejerce Estados Unidos en contra la inmigración irregular, los jerarcas de la iglesia católica salvadoreña y sus homólogos estadounidenses temen que el fenómeno siga en aumento con el riesgo de que se agudice el drama para los inmigrantes.
Al cierre de su visita a Washington el cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez acompañado del arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas y el obispo de Miami, Florida, Thomas G. Wenski expusieron en un evento en uno de los salones del Congreso sus preocupaciones sobre la situación migratoria de los centroamericanos que llegan a este país cruzando de manera irregular la frontera sur.
En el panel realizado en el edificio Rayburn de la Casa de Representantes ante una nutrida audiencia de interesados en las migraciones de centroamericanos también participaron la especialista de asuntos legislativos Jill Marie Gerschutz-Bell y la directora del Servicio de Migración y Refugiados de la Iglesia Católica en Washington, Ashley Feasley, quienes aportaron al coloquio.
“Es difícil creer que este fenómeno pueda parar de un día para otro, creo que estamos en un momento muy complicado en Centroamérica y todo indicaría que este sangrado continuará a pesar de las presiones”, comentó el cardenal Rosa Chávez.
Por su parte el obispo Wenski cree que ante de la llamada “crisis humanitaria de los niños migrantes no acompañados” que tomó relevancia nacional en el año 2014 con los cientos de menores de edad y mujeres que entraban por el sur del país, se puso el tema en el tapete del conocimiento nacional, pero que aún queda mucho para comprender la problemática en su dimensión real.
“Ha sido muy dramático en los últimos cinco años sobre todo con los niños migrantes en el año 2014 y todavía sigue ahí el tema, yo creo que para el norteamericano promedio eso llegó como una sorpresa, no estaba en el conocimiento de la gente lo que realmente estaba pasando en la frontera, y la perspectiva del país”, comenta el obispo de Miami.
Para este dirigente religioso no hay duda que hace falta comprender el problema desde un espectro más amplio dado que es producto de la globalización y de las necesidades de mano de obra en Estados Unidos “no son personas que vienen a dormir debajo de los puentes, llegan comienzan a trabajar y se insertan en el tejido económico y productivo del país” agrega el jerarca de la diócesis de Florida.
El estereotipo puesto en boga por la administración de Donald Trump, que los inmigrantes son criminales y traficantes, es una retórica que no contribuye en nada para tener una comprensión más ajustada del fenómeno.
También el obispo estadounidense cree que aunque el lenguaje anti inmigrante actual es más agresivo, las acciones del Departamento de Seguridad Nacional, DHS, y su brazo operativo el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, también fueron muy cuestionables durante la administración del ex presidente Barack Obama.
“El lenguaje ha sido más problemático en esta administración, pero la política de la administración anterior (Barack Obama) no fue tampoco muy abierta, pues hubo tantas deportaciones en esa administración como en la actual; la diferencia ahora es que las deportaciones son más publicitadas”, explica el prelado de Florida.
Tanto el cardenal Rosa Chávez como el arzobispo de la capital salvadoreña destacaron el optimismo de haber realizado nutridos encuentros con la comunidad salvadoreña, visitas al congreso con legisladores tanto del Senado como de la Casa de Representantes y reuniones informativas con sus colegas de la iglesia en la capital nacional.
Para Rosa Chávez las expectativas fueron superadas dada la recepción y retroalimentación que como dirigentes de la iglesia en Centroamérica tuvieron de sus compatriotas en el área de la capital en los tres encuentros realizados: uno en la iglesia San Camilo, en Silver Spring; otro en el Santuario del Sagrado Corazón, en Washington DC; para concluir en la Catedral de Santo Tomas, en Arlington, Virginia.
“Nadie nos habló mal de la comunidad salvadoreña en nuestras reuniones con los funcionarios de gobierno de Estados Unidos y eso es valioso porque hay un espacio de reconocimiento de que es una comunidad laboriosa… Con los congresistas que nos hemos reunido han dado apertura a nuestros planteamientos y sabemos que será un camino que se tomará poco a poco y esperamos que llegado el momento ellos tomen la decisión correcta”, matizó el cardenal salvadoreño.
Los obispos acudieron a Washington ante la cancelación del Estatus de Protección Temporal, TPS en enero de este año para cerca de 200 mil salvadoreños que han vivido amparados con un permiso de estancia legal en el país desde el año 2001. Con la última renovación, los salvadoreños verán caducar su TPS el 9 de septiembre de 2019. A la fecha no hay ninguna moción del Congreso para una solución para estos miles de trabajadores.