El tan esperado informe del inspector general del Departamento de Justicia, que examina la investigación del FBI sobre la posible coordinación entre la campaña del presidente Trump en 2016 y Rusia, refuta algunas de las acusaciones más sensacionalistas de los conservadores sobre el caso, pero encuentra graves faltas en otras áreas.
El informe de 434 páginas del Inspector General del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, encontró que el FBI tenía un “propósito autorizado” cuando inició su investigación, conocida como Crossfire Hurricane, sobre la campaña Trump, lo que hizo que rechazara la afirmación de que el caso fue abierto por animosidad política o que los informantes fueron utilizados en violación de las reglas del FBI.
Sin embargo, afirmó que a medida que avanzaba la investigación, los funcionarios del FBI decidieron reiteradamente enfatizar la información dañina que escucharon sobre los asociados de Trump. Además de restar importancia a las pruebas exculpatorias que encontraron.
Tanto los demócratas como los republicanos reclamaron la victoria en el informe, con los demócratas declarando que validaba la investigación sobre Rusia, mientras que los republicanos afirmaron que exponía las graves irregularidades.
El senador Richard Blumenthal afirmó que el inspector general había “derribado por completo” algunas de las afirmaciones de los demócratas acerca de los orígenes de la investigación, a pesar de que sus acreditados sí encontraron algunos problemas.
“Claramente, había una base legítima y objetiva; de hecho, el FBI tenía mandato moral para comenzar esta investigación”, dijo Blumenthal. En particular, dijo que el inspector general había refutado las afirmaciones de que los asesores de la campaña de Trump estaban ilegalmente vigilados o atrapados, o que los motivos políticos eran “de alguna manera un factor”.
Con información de The Washington Post