La acción se vivió con más fuerza en el entorno que en el propio escenario. Este miércoles, el Barcelona y el Real Madrid igualaron sin goles en un clásico español marcado por las protestas independentistas en Cataluña, hechos que dejaron al menos una docena de heridos.
La fecha principal era 26 de octubre, pero para aquellos días la violencia en las calles era más fuerte que la organización del partido más seguido del planeta, por lo que las gerencias de los clubes y la Real Federación Española de Fútbol acordaron postergarlo.
Pese a que fueron casi dos meses de espera, los disturbios volvieron a hacerse sentir, así como las promesas de acciones de calle la fecha pautada para que los líderes de la primera división se vieran a las caras.
Aunque tanto los equipos como los fanáticos llegaron bien al escenario, conforme pasaron los minutos se conoció de las manifestaciones fuera del Camp Nou.
Sobre el gramado, el cuadro visitante fue más, mucho más que el combinado culé.
Las aproximaciones desde el costado derecho del ataque vieron en Federico Valverde y el galés Gareth Bale a su llave exitosa. Por la izquierda, Isco y Karim Benzema hacía lo propio.
Cada ofensiva era temible, dando al guardameta alemán Marc Andre Ter Stegen mucho oficio.
Desde el otro lado, la necesidad de marcar por intermedio del argentino Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez era enorme, pero sin mayor claridad.
Disparos de Valverde y Casemiro llevaron temor a la meta blaugrana, pero las redes no lograron agitarse. Ya en el segundo tiempo, un gol anulado a Bale restó en una marcador donde los blancos merecían el triunfo, pero el tanto no llegó y con él todo finalizó en empate.
Con 17 compromisos, tanto Barcelona como Real Madrid muestran 36 unidades, igualados en la primera casilla.
Apenas el principal hizo sonar su silbato, el combinado de casa recomendó a los visitantes al Camp Nou que salieran del escenario por la puerta norte, evitando así los coques entre la policía local con los protestantes.