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Richmond y Chesterfield se asocian con los CDC para abordar el riesgo de Covid-19 en la comunidad hispana

Autoridades de la salud de las ciudades de Richmond y Chesterfield, en Virginia, trabajan junto a miembros de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) para expandir el alcance y servicios para ofrecer a comunidades hispanas ante el riesgo del coronavirus en la zona.

Aunque los especialistas aseguraron a ABC que el tema de la salud atañe a toda la población, la preocupación pasa por la presencia amplia de casos en zonas donde la mayoría de los habitantes son hispanos.

Este viernes, el Distrito de Salud de Richmond presentó un comunicado en el que reveló una serie de factores que inciden en el tema, como el empleo, por ejemplo.

“Los hispanos / latinos a menudo se emplean en industrias de servicios que incluyen atención médica, cuidado de niños, servicios de alimentos y limpieza”, reza el escrito. “Debido al contacto frecuente con el público, el empleo en el sector de servicios aumenta el riesgo de infección y puede conducir a la propagación de la comunidad”.

El texto agrega que “los hispanos / latinos de bajo nivel socioeconómico pueden ser menos propensos a someterse a pruebas si no tienen seguro o si no tienen acceso a licencia por enfermedad remunerada”.

Para la fecha, en Virginia se registra un número de contagios en 564 hasta alcanzar los 53 mil 211. La cifra de fallecidos es de 1 mil 534, de acuerdo con los datos del Departamento de Salud local.

De acuerdo con expertos en materia de salud, la comunidad hispana representa el 32% de los casos positivos de coronavirus en la ciudad de Richmond. Mientras, en Chesterfield conforman el 15% del total de afectados por el brote.

Autoridades de salud de ambas ciudades y miembros de los CDC han estado ejerciendo sus labores con líderes hispanos de la comunidad. La tarea es brindar mayor información y presentar herramientas para superar obstáculos para mantener a los habitantes lejos de la pandemia.

En cuanto a la planificación, la estrategia pasa por “expandir el acceso a las pruebas y la divulgación, usar el rastreo de contactos para identificar a las personas potencialmente positivas para COVID-19, garantizar que los residentes positivos tengan recursos para recuperarse de forma segura y aislada, y proporcionar a las comunidades máscaras y otros recursos para limitar una mayor difusión de la comunidad”.

Por su parte, desde los CDC enviaron a un grupo de epidemiólogos bilingües y especialistas de la comunidad a ambas ciudades.