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Opinión | Cuando el río suena, agua lleva

Rubén D. Arvizu es escritor y periodista, director para América Latina de la Nuclear Age Peace Foundation www.wagingpeace.org  y Director General para América Latina de la organización de Jean-Michel Cousteau Ocean Futures Society www.oceanfutures.org.


           
   

Cortesía: Twitter

Rubén D. Arvizu es escritor y periodista, director para América Latina de la Nuclear Age Peace Foundation www.wagingpeace.org  y Director General para América Latina de la organización de Jean-Michel Cousteau Ocean Futures Society www.oceanfutures.org.

@RubenDArvizu

En medio de una pandemia mundial, de la crisis económica y política más grave que Estados Unidos ha visto, tal vez desde su fundación, un “detalle” más aparece en el horizonte.

El Presidente de México, Andrés López Obrador se prepara para visitar al Presidente Trump en la Casa Blanca los días 8 y 9 de este mes. Esto es algo inusitado, ya que el mandatario mexicano en sus casi dos años de gobierno, no ha salido del país para atender reuniones internacionales.  Para citar algunas de las más importantes: tomas de protesta de jefes de estado, el aniversario de los 100 años de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la  Cumbre G 20, la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Foro Económico de Davos.

Sin embargo, ahora él ha decidido, o no sabemos si la Casa Blanca, viajar a Washington para una celebración de la entrada en vigor del nuevo Tratado de Libre Comercio  (T-MEC).  Un pequeño detalle es que la tercera parte interesada del tratado, Canadá, no estará presente ya que el Primer Ministro Trudeau ha declinado hacer el viaje.  Conociendo muy bien la posición de Obrador en sus casi dos años de gobierno de que “la mejor política exterior es la interior” es aún más extraño este viaje, encontrándose México sumergido en graves problemas por el elevado número de contagios de COVID-19, casi 262 mil y 32 mil fallecimientos – quinto lugar en el mundo, además de un baño de sangre impresionante, casi 15 mil homicidios en los primeros seis meses de 2020. Estas cifras incluyen a periodistas y defensores del medio ambiente; crímenes que permanecen sin solución y mucho menos sin recibir justicia. Estudios de instituciones económicas internacionales indican que el crecimiento  económico será menor del 1% para el resto de 2020 y aún más bajo para 2021.

Algo más que también es obvio, ya que lo que se ve no se juzga, es la singular similitud en las declaraciones públicas de Trump y Obrador con referencia  a la negativa sobre el peligro del COVID-19, del uso de mascarillas, de promover el que  la vida “siga normal” y se abran cuanto antes negocios, sitios de diversión, de culto, etc.  El acusar a los medios que los cuestionan o no escriben notas agradables a sus oídos, de fake news, de ser enemigos de la patria y la lista continúa.

Mientras tanto, el tambaleante gobierno del Presidente Trump no ha cesado sus ataques a la población latina con su rabioso racismo y su continuo discurso, para complacer a sus seguidores, de seguir la construcción del muro que “de una forma u otra pagará México”.

Si sumamos todo esto, que no incluye muchos otros agravantes, es inconcebible que, según declaraciones del mismo Obrador, “Voy a Estados Unidos, a agradecer al presidente Trump por su gesto y solidaridad”.  Sin duda los miles de niños inmigrantes que han sido separados de sus familias durante meses en centros de detención en jaulas creadas con alambradas, pomposamente llamados albergues, tienen mucho que agradecer el gesto de solidaridad de Trump.

El Hispanic Caucus envió una carta a la Casa Blanca el pasado 1ero de julio, firmada por  13 miembros del Congreso y que textualmente dice en su primeros párrafos: “Expresamos nuestra preocupación y desaprobación sobre el reciente anuncio de que usted ha invitado al Presidente de México a la Casa Blanca.  La reunión parece estar relacionada con el nuevo tratado USMCA, pero no es más que un intento para distraer sobre la crisis del coronavirus y su fracaso para liderar una adecuada respuesta a la pandemia.”  Casi al final de la misiva los congresistas advierten,  esto es un evidente intento por politizar los importantes lazos US-Mexico con preferencias partidistas.

Ante todo esto, no hay duda de que el Presidente Obrador será recibido con vivas y aplausos por una entusiasta multitud de hispanos que le agradecerán el apoyo que va a dar a Trump en su campaña con la esperanza de obtener votos latinos.