El martes, los residentes de Norman se reunieron en el ayuntamiento para expresar su preocupación por las ampliaciones propuestas por la Oklahoma Turnpike Authority (OTA). Esta manifestación coincidió con una reunión del ayuntamiento dedicada al tema, lo que refleja la creciente tensión que rodea al proyecto, reseña OKC Fox.
El malestar de la comunidad tiene su origen en antiguos agravios contra los planes de la OTA de realizar amplias ampliaciones de carreteras en todo el estado. El abogado Rob Norman encabezó la protesta, instando a las autoridades a detener de una vez por todas los avances de la autopista en Norman.
Las implicaciones medioambientales, especialmente sobre la calidad del agua, siguen siendo primordiales entre las preocupaciones de los manifestantes. El lago Thunderbird, una fuente crucial de agua potable, se enfrenta a una posible contaminación por la ampliación. La residente Darla LeBlanc criticó a la OTA, afirmando: "La Autoridad de Autopistas de Oklahoma tiene un historial bien documentado de destrucción medioambiental y promesas incumplidas a las ciudades en el pasado".
Los organizadores apelaron al ayuntamiento para que respaldara una resolución del concejal Michael Nash. La resolución aboga por proteger la cuenca y oponerse a la ampliación. Tassie Hirschfeld, residente de Norman, se sumó a las críticas alegando: "La autoridad de la autopista de peaje no tiene un historial de funcionamiento honesto, con transparencia o integridad".
En su defensa, la OTA tachó las acusaciones de infundadas. Argumentaron que resucitar quejas de hace más de 30 años sólo servía para retrasar mejoras esenciales en el transporte. Un portavoz de la OTA hizo hincapié en la necesidad del enlace propuesto entre la I-35 y el Conector Este-Oeste, sugiriendo que podría convertirse en un enlace de cinco niveles, similar a los del área metropolitana de Dallas, si aumenta la demanda de tráfico.
Los responsables municipales se hicieron eco de las preocupaciones de los residentes durante la reunión, centrándose en la construcción de un intercambiador desde la I-44 hasta la 24ª avenida del NW. Debatieron sobre los beneficios potenciales de combinar la construcción de desvíos y carreteras de acceso, una medida que podría reducir los costes y minimizar las interrupciones. Sin embargo, un plan de este tipo exigiría que Norman asumiera la propiedad y el mantenimiento de estas carreteras.
El concejal Austin Ball expresó sus reservas aunque admitió que colaborar con la OTA podría ser el enfoque más pragmático si detener la ampliación resulta imposible. La OTA ha fijado el 2 de septiembre como fecha límite para que la ciudad decida si colabora, advirtiendo que el incumplimiento podría poner en peligro aspectos del proyecto y afectar posiblemente a los intereses de la ciudad.