El presidente Barack Obama fue a Texas y les pagó la barbacoa a una familia en un restaurante de Austin. El menú: tres libras de “brisket” (falda), dos libras de costillas, media libra de salchichas y media libra de pavo para cuatro personas. Total: $102.50, según una información del New York Post. Además, el 9 de julio, retó al gobernador Rick Perry a que pusiera presión sobre los republicanos en apoyo de una medida de emergencia de $3,7 mil millones para resolver la crisis humanitaria de la frontera con México.
Perry por su parte le pidió a Obama que visitara la frontera. Obama rechazó la oferta. “Esto no es un teatro, es un problema”, dijo. “No me interesan las fotos publicitarias. Me interesa resolver el problema”. PERO: 1. Obama enfrenta una de las crisis humanitarias más brutales de su mandato y rechaza visitar el escenario cruel de la frontera. 2. Como presidente y Premio Nobel de la Paz, Obama debería hablar con la Patrulla Fronteriza, debería ver en primera persona las condiciones que deben soportar estos niños, y debería mostrar la justa medida de preocupación e interés más allá del politiqueo de Washington. 3. ¿Se interpretaría esta visita como una foto publicitaria? Tal vez, pero estaría cargada de mayor significado y trascendencia que la visita a un restaurante de barbacoa en Austin.
La administración Obama estima que unos 90.000 menores no acompañados podrían ser detenidos antes del fin del año fiscal —el 30 de septiembre—, más del triple que en 2013. La nueva proyección incluye unos 70.000 niños migrantes de Centroamérica.
El Secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, declaró ante un Comité del Senado que las agencias de inmigración se quedarían sin fondos a mediados de agosto a no ser que se reciba lo solicitado al Congreso. Por eso algunos políticos ahora tratan de regatear con la crisis para que se cambien leyes que protegen a los niños migrantes. Johnson enfatizó que la ley de 2008 “refleja valores fundamentales y compromisos de este país que debemos mantener”.Cierto, somos una nación de leyes, principios e inmigrantes. Pero Johnson ofrece la receta errónea para resolver la crisis: “La gente en Centroamérica necesita ver que los ilegales regresan”, dijo Johnson. “Tenemos que enviarlos de regreso. Necesitan ver que esa gente regresa”. Está equivocado: los inmigrantes han perdido dinero, vidas, sueños, pero siguen viajando hacia el norte porque vienen de países disfuncionales donde los intereses de EE.UU. se enfocan en temas comerciales y/o geopolíticos —países donde el bienestar de sus habitantes es secundario.La crisis de los niños migrantes no tiene soluciones fáciles ni rápidas. Comencemos con la reforma migratoria. Todo lo que el presidente de la Cámara de Representantes tiene que hacer es permitir que se cumpla la voluntad del Congreso. Y todo lo que Obama tiene que hacer es dejar de ejercer una legalidad vigente que enfatiza deportaciones.
Quien quiere, puede. Para querer el fin, hay que querer los medios.
Avendaño es Director DE El Tiempo Latino
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