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Ferguson: disparos, saqueos e incendios

Redacción Internacional, 25 nov (EFE).- Al menos 29 personas fueron detenidas y se han requisado numerosas armas de fuego tras los tiroteos, saqueos e incendios ocurridos esta madrugada en Ferguson, en las protestas por la decisión judicial de no imputar al policía blanco que mató a un joven negro en esa ciudad de Misuri.

Manifestantes en Ferguson, Misuri, Estados Unidos, después de que el fiscal anunciara que un gran jurado había decidido no imputar al policía Darren Wilson por la muerte del joven Michael Brown ayer, lunes 24 de noviembre de 2014. La decisión de un gran jurado de no imputar a Wilson indignó a miles de personas en Ferguson y en ciudades de todo el país, mientras el presidente, Barack Obama, llamó a mantener la calma y evitar la violencia.


           
   

EFE

Manifestantes en Ferguson, Misuri, Estados Unidos, después de que el fiscal anunciara que un gran jurado había decidido no imputar al policía Darren Wilson por la muerte del joven Michael Brown ayer, lunes 24 de noviembre de 2014. La decisión de un gran jurado de no imputar a Wilson indignó a miles de personas en Ferguson y en ciudades de todo el país, mientras el presidente, Barack Obama, llamó a mantener la calma y evitar la violencia.

Manifestantes ante la Casa Blanca en Washington, DC, en la noche del lunes 24, después de que el fiscal anunciara que un gran jurado había decidido no imputar al policía Darren Wilson por la muerte del joven Michael Brown, lunes 24 de noviembre de 2014. La decisión de un gran jurado de no imputar a Wilson indignó a miles de personas en Ferguson, Misuri, y en ciudades de todo el país, mientras el presidente, Barack Obama, llamó a mantener la calma y evitar la violencia.


           
   

EFE

Manifestantes ante la Casa Blanca en Washington, DC, en la noche del lunes 24, después de que el fiscal anunciara que un gran jurado había decidido no imputar al policía Darren Wilson por la muerte del joven Michael Brown, lunes 24 de noviembre de 2014. La decisión de un gran jurado de no imputar a Wilson indignó a miles de personas en Ferguson, Misuri, y en ciudades de todo el país, mientras el presidente, Barack Obama, llamó a mantener la calma y evitar la violencia.

La decisión del gran jurado de no acusar por falta de pruebas al agente blanco Darren Wilson por haber disparado y matado el pasado 9 de agosto al joven negro Michael Brown desató esta madrugada los violentos disturbios, mientras otras grandes ciudades estadounidenses se solidarizaron con protestas pacíficas.

En una improvisada rueda de prensa, el jefe local de Policía, Jon Belmar, dijo hoy que los disturbios eran aún más graves que los ocurridos en agosto pasado, aunque se felicitó de que nadie hubiera resultado muerto, según la edición digital del diario local St. Louis Post-Dispatch.

“No ha quedado nada” entre las avenidas de Florissant oeste y Solway con la carretera Chambers. Estoy francamente desolado”, añadió Berlmar al describir el escenario de las protestas.

Belmar explicó que él y el capitán de la Patrulla de Policía estatal Ron Johnson tuvieron suerte no de ser alcanzados, dada la intensidad de los disparos en algunos de los lugares que visitaron durante la noche.

Indicó que había escuchado al menos 150 disparos y admitió que los oficiales evitaron situar a agentes en los bloqueos de carreteras por la intensidad del fuego de armas.

Dos coches-patrulla fueron incendiados, según el recuento provisional de daños realizado por el diario local, que añade que además de varios negocios quemados, al menos doce coches de un concesionario fueron incendiados.

La tienda de una estación de servicio próxima también fue quemada, agregó el diario.

Sobre las 02.00 hora local (8.00 GMT) cinco autobuses con reservistas de la Guardia Nacional llegaron al lugar donde los enfrentamientos eran más intensos.

Más tarde, la Policía Local informó a través de su cuenta en twitter de que la avenida principal había sido reabierta al tráfico.

Por su parte, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, difundió un comunicado en el que anunció un aumento de la dotación policial para controlar los saqueos y disturbios.

Los vehículos y edificios en llamas, con comercios saqueados y enfrentamientos entre manifestantes son un nuevo episodio de la ola de disturbios raciales que desató el verano pasado en Ferguson, tras la muerte de Brown.

Estas localidad, en San Luis, estaba desde la semana pasada bajo máxima alerta, con el FBI y la Guardia Nacional preparados para intervenir si las protestas convocadas para esta noche derivaban en graves disturbios.

El estallido de la violencia era precisamente el escenario que habían pedido evitar los familiares de Brown que, a pesar de estar “profundamente decepcionados” por el fallo judicial, dijeron en un comunicado que “responder a la violencia con violencia no es la respuesta”.

Las protestas trascendieron Ferguson y se extendieron a Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Washington DC, Oakland y otras grandes ciudades del país, con un tono fundamentalmente pacífico salvo algunos incidentes aislados.

En la capital, más de 300 personas pidieron “justicia” frente a la Casa Blanca, mientras que la Policía activó protocolos especiales por temor a disturbios.

Tras escuchar la versión de 60 testigos, el gran jurado decidió que no existe “causa probable” para imputar al agente, que el 9 de agosto disparó en repetidas ocasiones al joven de 18 años, desarmado, en circunstancias por esclarecer.

Los cargos que podría haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en primer grado.

Un nuevo episodio de tensión racial en EEUU

Los disturbios de Ferguson, que se desencadenaron en agosto tras la muerte de un joven negro por disparos de un policía y que se recrudecieron anoche, son similares a otros ocurridos en EEUU en las últimas décadas, después de actuaciones policiales contra ciudadanos afroamericanos.

La muerte el pasado 9 de agosto del joven negro Michael Brown en Ferguson por los disparos del policía blanco Darren Wilson desató una ola de disturbios en esta ciudad de Misuri, que se prolongaron dos semanas y causaron numerosos heridos, destrozos y detenciones.

Unos altercados que también recuerdan sucesos de los años 60, cuando el movimiento por los derechos civiles encabezado por el reverendo Martin Luther King luchaba por acabar con la discriminación racial.

Precisamente, el asesinato el 4 de abril de 1968 de Luther King desencadenó una oleada de violentos disturbios raciales en 125 ciudades de EEUU en los que murieron 46 personas, 2.800 resultaron heridas y más de 26.000 fueron arrestadas.

La capital del país, Washington, fue la más afectada, con 13 muertos e incontables saqueos y destrozos.

Tres años antes, en marzo de 1965, la actuación policial contra una marcha en Alabama a favor del voto de los negros causó 50 heridos. Pasaría a la historia con el nombre de “Bloody Sunday” (Domingo sangriento).

En agosto de ese mismo año, la detención de un automovilista negro por dos policías blancos en el barrio de mayoría afroamericana de Watts, en el sur de Los Ángeles, provocó seis días de violencia que causaron 34 muertos, casi un millar de heridos, más de 3.500 detenciones y unos daños valorados en 40 millones de dólares.

En julio de 1967, disturbios raciales también desencadenados por actuaciones policiales contra la población negra causaron 43 muertos en Detroit (Michigan) y 26 en Newark (Nueva Jersey), además de cuantiosos daños materiales.

Aunque los peores disturbios se produjeron en la década de los sesenta, en plena lucha de la población negra por acabar con la segregación que sufría, Estados Unidos ha vivido desde entonces incidentes raciales violentos asociados a la actuación de miembros de la policía contra afroamericanos.

Los más graves desde 1980 tuvieron lugar en Los Ángeles en abril de 1992. La chispa que encendió la violencia fue la absolución de cuatro agentes de policía que habían sido grabados por un videoaficionado propinando una brutal paliza al taxista negro Rodney King.

Las protestas se prolongaron varios días y dejaron 55 muertos, más de 2.000 heridos y 1.000 millones de dólares en pérdidas materiales.

En mayo de 1980 al menos quince personas murieron en Miami (Florida) en los incidentes que siguieron a la sentencia que absolvió a cuatro policías blancos acusados de matar a un afroamericano tras cometer una infracción de tráfico.

Nueve años después, en enero de 1989, la muerte de un joven negro en Overtown (Florida) por los disparos de un policía hispano encendió durante dos noches la ira de los miembros de su comunidad.

Los disturbios se reprodujeron en Florida en octubre de 1996, esta vez en la localidad de Saint Petersburg, por la muerte del joven negro Tyron Lewis durante un control policial de tráfico. Se desencadenaron tiroteos y fueron incendiados varios edificios.

En abril de 2001 Cincinnati vivió varios días de violencia después de que un oficial de policía matara a un joven negro. Fueron detenidas más de 200 personas y declarado el toque de queda.

En septiembre de 2010 la ciudad californiana de Oakland fue escenario de violentos incidentes después de que un jurado declarara culpable de homicidio involuntario al policía Johannes Mehserle por la muerte del joven negro Oscar Grant. Más de un centenar de personas fueron detenidas.

En julio de 2013 otra decisión de un jurado provocó protestas en diversas ciudades del país, aunque la mayoría de desarrollaron de forma pacífica.

El jurado había declarado inocente de los cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario a George Zimmerman, un vigilante voluntario de una urbanización de Sanford (Florida) que el 26 de febrero de 2012 había matado a un adolescente negro desarmado.