La innovación, la creatividad y la tecnología se dieron la mano en el BID durante la cumbre “Idear Soluciones”, un evento que busca llevar a la práctica nuevas ideas generadas en Latinoamérica, como una aplicación móvil para taxis o una revolucionaria plataforma para enseñar Periodismo a jóvenes.
La iniciativa ha reunido en Washington a algunas de las mentes más brillantes del presente y el futuro de América Latina para mostrar las ideas con las que pretenden solucionar los problemas de desarrollo de la región y del mundo.
La jornada la inauguró el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y Madeleine Albright, la primera mujer que ocupó el Departamento de Estado y que bromeó con no saber mucho de tecnología porque fue a la escuela “en algún tiempo entre el descubrimiento del fuego y la invención del iPad”
De lo que sí presumió Albright fue de sus conocimiento en política exterior durante un discurso en el que defendió la necesidad de combatir nuevos retos como la violencia de organizaciones criminales trasnacionales y el cambio climático, y otros antiguos como las diferencias entre ricos y pobres. Recordó un viaje que hizo con el presidente Bill Clinton a Venezuela y en el que, entre las alabanzas y los “Yankee go home”, el mandatario invitó a crear una nueva América en torno a los ideales de democracia y libertad.
Los ponentes demostraron que la mejor forma de desarrollar esas relaciones es la innovación, que si se combina con la ciencia puede solucionar crisis internacionales, destacó el director General de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Rajiv Shah.
A modo de ejemplo, Shah explicó que Facebook permitió atajar el virus del ébola en Nigeria porque permitió a las agencias internacionales contactar con los cientos de miles de personas que podían haberse contagiado tras entrar en contacto con el virus.
Carlos Belmonte, investigador que trabaja en la universidad española Miguel Hernández (UMH), compartió mesa con Shah e invitó a los países con menos recursos a innovar y no escudarse, como decía el pensador Miguel de Unamuno, en el “¡Que inventen ellos!”. Esa excusa no la utilizó el brasileño Tallis Gomes cuando en 2011 esperó bajo la lluvia durante cerca de media hora a un taxi, que nunca llegó y del que llegó a pensar que “estaba hecho de azúcar” y se había deshecho por el camino.
En aquel momento, Gomes decidió crear “Easy Taxi”, una aplicación móvil para reservar taxis que utilizan 15 millones de usuarios en 35 países diferentes, desde México o Colombia hasta Corea del Sur.
A los nuevos emprendedores, Gomes les aconsejaría que valoren sus ideas por encima de las opiniones del resto y, sobre todo, que ejecuten, que hagan lo creen que deben hacer aunque no sea perfecto. Precisamente eso es lo que han hecho 16 jóvenes innovadores que abogan por ideas “disruptivas” para solucionar viejos problemas de desarrollo.
Entre ellos se encuentra la colombiana Carolina Medina, creadora de SokoText, un grupo virtual de compra vía teléfonos móviles que agrega la demanda de los pequeños comerciantes de barrios marginales para que puedan acceder a precios de mayoristas.
“Nuestro objetivo era hacer el mercado más eficiente para la gente que vivía en comunidades más vulnerables”, explicó Medina, cuyo proyecto ya tiene tres centros de distribución, abastece a 85 pequeñas tiendas y llega a 6.000 consumidores en Nairobi (Kenia). Otra de las emprendedoras, la brasileña Amanda Rahra, se dedica a través de su “Start up” -Enois Inteligencia Jovem- a formar jóvenes con bajos ingresos en las habilidades propias de los periodistas. “La habilidad de mirar el mundo, de identificar los problemas, de escribir y de leer mejora sus notas. El Periodismo les da poder para cambiar sus comunidades”, explicó.