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El éxito de una mexicana en la microempresa

El logotipo de “El Sabor del Taco”.


           
   

Cort. Patricia Cruz Jiménez

El logotipo de “El Sabor del Taco”.

Tacos de carnitas, tamales y mole son algunos de los productos que la mexicana Patricia Cruz Jiménez vende todos los sábados en un mercado de productos orgánicos en Columbia Heights, en Washington, DC. Dice que aunque en su comunidad latina no todos ven con buenos ojos que pase tanto tiempo con los “gringos” en los “farmers markets”, ella debe aprovechar cualquier oportunidad para incrementar sus ventas. Cruz se describe como una madre de familia “aventada” que tiene una vida muy “chistosa”. El hecho es que se ha convertido en la exitosa dueña, administradora y empleada de la microempresa “El Sabor del Taco”, que le ha permitido costear las carreras universitarias de sus tres hijos.

Llegar hasta donde está no ha sido fácil. Empezó sin un lugar en donde vivir y poco a poco se abrió paso vendiendo comida en la calle. Sus ganas de superarse la llevaron a estudiar inglés y ahí se le presentó una nueva oportunidad para aumentar sus ingresos y mejorar su calidad de vida.

“Una maestra me dijo que había un beneficio para pequeños negocios y me ayudó a hacer la aplicación para entrar a ese programa. En cierta manera es una cuenta de ahorros pero con muchos beneficios porque me dan muchísimo en comparación de lo que yo tengo que ahorrar.”

A lo que Cruz se refiere es a las llamadas Cuentas de Desarrollo Individual (IDAs por sus siglas en inglés). Son programas administrados por diversas organizaciones sin fines de lucro y financiados con donaciones privadas y subvenciones del gobierno. De manera totalmente gratuita, le brindan a personas de bajos y medianos recursos, la oportunidad de obtener educación financiera, abrir una cuenta bancaria y ahorrar (obteniendo intereses y contribuciones adicionales que se ofrecen como un incentivo). Los participantes tienen el derecho de  ahorrar hasta un máximo de mil dólares durante la vida de la cuenta (3 años). El dinero ahorrado al terminar el programa no se recibe en efectivo, sino que se destina a tres fines específicos: comprar una casa, establecer/ impulsar un negocio o pagar estudios de educación superior.

Aunque las contribuciones adicionales que recibirán como incentivo los participantes no superarán los 4 mil dólares, ese apoyo puede ayudar a mejorar la vida de quienes, como Cruz, sueñan en grande. Con el dinero que ella recibió compró una computadora portátil que usa con fines administrativos y para promover su negocio en las redes sociales (https://www.facebook.com/elsabordeltacodc?fref=photo ). También cubrió el costo de tres licuadoras industriales que han agilizado su trabajo y por ende, han aumentado sus ingresos. Aunque la hábil empresaria ha intentado compartir su experiencia con otros latinos, dice que no ha tenido gran éxito.

“La gente es muy incrédula o sienten que pierden el tiempo al tener que ir a dejar la aplicación. No creen que sea real el beneficio, entonces no lo hacen. Yo le platico a todo el mundo que me han regalado ese dinero y no me creen. Les digo que yo no tuve que devolver nada, simplemente hay que comprobar que es para un negocio o para gente que estudia”, señala Cruz.

Capital Area Asset Builders (CAAB) es una de las ONG que administran las Cuentas de Desarrollo Individual. El Director de Relaciones Externas, Joseph Leitmann-Santa Cruz explica que de los más de 2,000 beneficiados del programa desde que éste inicio en 1997, menos del 5% son latinos. Eso se debe, dice, a que no hay mucha información en español sobre las IDAs, y a que las ONG a su juicio, podrían hacer un mejor trabajo para tener un enlace directo con la comunidad latina.

Según estimaciones del US Census Bureau, para el 2050 la comunidad latina representará el 28% de la población estadounidense. Leitmann-Santa Cruz advierte que ése es uno de los sectores de la población que menos relaciones tienen con el sector financiero, así que es importante educarlos e incentivarlos para que participen de manera proactiva. Pero para cumplir con esa mision, las ONG también deben lidiar con dos retos logísticos.

“El de buscar financiamiento para administrar el programa es reto número uno. Reto número dos es el de buscar donaciones, ya sea de corporaciones, de individuos o de fundaciones para que tengamos acceso a la contribución adicional privada. Una vez teniéndola ya podemos contar con la contribución adicional federal”, indica el ejecutivo.

Tal requisito del gobierno para darles acceso a fondos federales, según Letimann-Santa Cruz es complicado y ha desalentado a varias ONG. Pero la Directora de la Oficina gubernamental de Servicios a la Comunidad, Jeannie Chaffin, dice que no se vislumbran cambios a corto plazo.

“Las IDAs son parte del programa Activos para la Independencia (AFI). La ley federal requiere que le solicitemos a las organizaciones de base comunitaria que contribuyan con un 50%. Si el Congreso decidiera hacer algún cambio, tendría que aprobar una nueva ley”.

Para el año fiscal 2016, la Administración Para los Niños y las Familias del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU, está solicitando destinar 18,950,000 dólares para financiar el programa AFI. Pide además tener autoridad para hacer algunos cambios, incluido brindar más opciones de deposito a los participantes de las IDAs. Pero por el momento, los requisitos generales para obtener una Cuenta de Desarrollo Individual son los siguientes:

•   Puede aplicar cualquier persona que cuente ya sea con un número de seguro social o con el Número de Identificación Personal del Contribuyente ITIN (que se puede obtener independientemente del estatus migratorio de un individuo).

•   Demostrar que la persona está actualmente obteniendo ingresos (ya sea como empleado formal o por cuenta propia).

•   Que los ingresos anuales del aplicante no superen el 200% del índice federal de pobreza. Eso significa que un individuo soltero no debe haber ganado más de 23,500 dólares el año previo al momento de su aplicación. En el caso de una pareja, ésta no tendrá que haber ganado más de 31,800 dólares al año (la cantidad límite aumentará de acuerdo al número de dependientes).

La señora Patricia Cruz Jiménez dice que el proceso de aplicación y manejo de la cuenta no le resultó nada complicado, pero sugiere que las ONG ofrezcan más clases de educación financiera en Español y que amplíen los horarios de tales cursos. Cruz quedó tan satisfecha con el programa que dice estar explorando la posibilidad de aplicar de nuevo.

“Nos hace falta más equipo para agilizar las cosas. Por ejemplo, tenemos la oportunidad de vender postres pero igual necesitamos las herramientas. Hay muchas ganas pero realmente tenemos muy poco equipo. Me compraría más equipo (si aprueban el IDA)”, afirma con gran entusiasmo.

Para obtener más información sobre las IDAs y los AFI visite los sitios web:

http://www.caab.org/en/programs/matched-savings-programs/idas

http://www.idaresources.acf.hhs.gov/apex/Home