En Estados Unidos, el horario de verano comienza el segundo domingo de marzo y finaliza el primer domingo de noviembre. Por esta razón, el próximo 4 de noviembre debemos retrasar una hora las manecillas del reloj a las 3 de la madrugada (a las 3, serán las 2).
El cambio de hora en otoño es una señal que para muchos marca la entrada del invierno, particularmente en zonas más al norte del país, donde se pierde una hora de sol al caer la tarde.
El cambio horario afecta, según los expertos, al reloj biológico y puede provocar algunos transtornos en el sueño especialmente en niños y ancianos. No obstante es algo temporal que se suele superar en un par de días.
Actualmente todos nuestros ordenadores y teléfono inteligentes cambian automáticamente la hora. Esta innovación se produjo por primera vez en el Sistema Windows 95. Sin embargo algunos relojes tradicionales los tendremos que actualizar manualmente como por ejemplo el reloj del microondas o el clásico reloj de manecillas.
Si el cambio se produce durante el fin de semana es para que afecte lo menos posible a nuestra vida laboral y, en concreto a nuestro hipotálamo (que es la región de nuestro cerebro que controla los trastornos de este tipo). Y así estar listos para trabajar el lunes sin estar afectados por el cambio.
Aunque a muchos les disguste que comience a oscurecer tan temprano, hay al menos una buena noticia: ¡El domingo podremos dormir una hora más por la mañana!