El presidente Trump renovó este jueves sus ataques personales contra Robert S. Mueller III, lanzando acusaciones desacreditadas, afirmando que el ex asesor especial tenía conflictos de intereses que lo convirtieron en un investigador sesgado.
Los ataques se produjeron un día después de la primera y única declaración pública de Mueller, desde la conclusión de su investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
Durante una breve conferencia de prensa, Mueller reiteró su conclusión de que si su equipo hubiera concluido que Trump no cometió un crimen, lo habrían dicho, una declaración que provocó una nueva ronda de llamadas de los demócratas para impugnar al presidente.
Trump a través de su cuenta e Twitter acusó a Mueller de ser un “verdadero nunca-Trumper”, que estaba en conflicto debido a una pasada “disputa comercial” entre ellos, alegando que Mueller ya le había solicitado a él un trabajo.
Pero los reclamos de conflicto de Trump han sido disputados por personas familiarizadas con sus interacciones con Mueller. Es más, los ex ayudantes de la Casa Blanca informaron a la oficina del asesor especial que le comunicaron al presidente que eran infundadas cuando éste comenzó a hacerlas después de que el entonces, Procurador General Rod J. Rosenstein seleccionara a Mueller para dirigir la investigación tras el despido de Comey en mayo de 2017.
Con información de The Washington Post