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Investigadores federales examinarán equipos a partir de las elecciones de 2016 ante temores de piratería rusa

En el informe del abogado especial Robert S. Mueller III se incluyó una sola frase, ofrecida sin más detalles: En agosto de 2016, hackers que trabajaban para la inteligencia militar rusa “instalaron malware en la red de la empresa” de un proveedor de tecnología de registro de votantes no identificado en Estados Unidos.

El reclamo es uno de los primeros indicios de que los rusos ejecutaron con éxito un ciberataque contra una empresa privada, que apoyaba la infraestructura electoral estadounidense. Situación que ha desencadenado una lucha por obtener respuestas en Carolina del Norte, donde los funcionarios han estado preocupados durante mucho tiempo por la seguridad de una compañía de tecnología de votación llamada VR Systems, hasta el punto de que el estado intentó detener el uso de sus libros de votación electrónicos, equipo utilizado para controlar a los votantes.

Los problemas para verificar a los votantes el Día de las Elecciones 2016 en el Condado de Durham, uno de los condados más grandes del estado, ocuparon los titulares nacionales. Más tarde, documentos filtrados revelaron que los rusos habían intentado piratear los sistemas de RV poco antes de las elecciones. Después del informe Mueller, los funcionarios del estado querían saber: ¿Fue VR Systems la empresa a la que se hizo referencia? ¿Qué efecto, si lo hubo, tuvo el malware? ¿Y cómo podrían evitar que esto ocurriera en 2020?

Un examen de la lucha de Carolina del Norte para responder a esas preguntas, detallado en los registros de la corte y en una docena de entrevistas, sugiere las dificultades que enfrentan los funcionarios estatales para reforzar la seguridad antes de las elecciones del próximo año: falta de experiencia técnica, mala comunicación entre los funcionarios estatales y federales. Además de la aparente falta de voluntad, en este caso, de la agencia federal involucrada para compartir información.

Los hackers rusos atacaron la infraestructura electoral en al menos 21 estados y probablemente más, en 2016 aseguraron las autoridades federales.

Los hackers no podían alterar directamente los totales de votos violando los libros de votación. Pero sí podrían crear retrasos sustanciales o incluso impedir que los votantes ejercieran su derecho al voto, explicó el informe.

Con información de The Washington Post