Un grupo de turistas chinos obsesionados con los selfies se encontraron en las aguas del canal de Venecia después de que su góndola se volcó.
El incidente ocurrió mientras estaban absortos en capturar selfies, desoyendo sin miramientos las repetidas advertencias del gondolero de permanecer sentados.
El gondolero, que realizaba una complicada maniobra bajo un puente próximo a la plaza de San Marcos, también acabó en el gélido canal.
A pesar del susto, consiguió recomponerse e inició el rescate de sus pasajeros.
Los informes de los medios de comunicación locales ilustran cómo los turistas, absortos en sus selfies ante el icónico panorama veneciano, provocaron el vuelco de la góndola debido a sus constantes movimientos.
La maniobra del gondolero exigía un equilibrio perfecto del peso a bordo.
Lamentablemente, los turistas hicieron caso omiso de su prudente consejo de quedarse quietos y continuaron con su frenesí de selfies, lo que provocó el vuelco de la góndola.
Un vídeo que documentaba el incidente se hizo rápidamente popular en Internet, generando una oleada de reacciones.
Una actualización de Instagram de Venezia Non è Disneyland (Venecia no es Disneylandia), una página mantenida por jóvenes venecianos que muestra las desventuras de los turistas, afirmaba el rápido rescate del grupo.
Se les brindó "hospitalidad y calidez" en el teatro La Fenice, situado en las inmediaciones.
A raíz del manejo de turistas "con sobrepeso", la asociación de gondoleros de Venecia redujo la capacidad de pasajeros de sus embarcaciones en 2020.
La capacidad de una góndola da nolo, que ofrece recorridos por excelencia por los cautivadores canales de la ciudad, se redujo de seis a cinco turistas.
Simultáneamente, las góndolas da parada, embarcaciones utilizadas predominantemente para cruzar el Gran Canal, experimentaron una disminución de su capacidad de 14 a 12 pasajeros.
Andrea Balbi, presidente de la asociación de gondoleros de Venecia, confesó abiertamente a The Guardian que, en comparación con los últimos 10 ó 15 años, los turistas contemporáneos "pesan un poco más".
En un incidente paralelo ocurrido en 2022, un turista estadounidense sufrió heridas leves tras tropezar en el cráter del Vesubio.
Se le había caído el teléfono mientras se hacía un selfie e intentó recuperarlo, lo que provocó su desafortunada caída.
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