El representante John Ratcliffe, elegido por el presidente Trump para servir como el próximo Director de Inteligencia Nacional se hizo un nombre en el Congreso como uno de los críticos más obstinados del Partido Republicano.
Ratcliffe, que fue elegido por primera vez a la Cámara en 2014, forma parte de los poderosos comités del Poder Judicial y de Inteligencia de la Cámara, ambos están investigando a Trump por presuntos delitos financieros, colusión extranjera y obstrucción de la justicia. Es desde esa posición que Ratcliffe dirigió la semana pasada uno de los más memorables intercambios republicanos con el ex asesor especial Robert S. Mueller III durante las audiencias públicas, acusándolo de violar “cada principio en la más sagrada de las tradiciones” de los fiscales al escribir “180 páginas sobre decisiones que no fueron alcanzadas, sobre crímenes potenciales que no fueron acusados o decididos”.
Ratcliffe argumentó que Mueller no tenía derecho a decir que nunca exoneró a Trump, porque el presidente debería haber sido presuntamente inocente hasta que se probara su culpabilidad.
“Donald Trump no está por encima de la ley. No lo es. Pero no debería estar por debajo de la ley, que es donde el Volumen 2 de este informe lo pone”, dijo Ratcliffe.
Ese giro parece haber consolidado una impresión positiva en el presidente, que este domingo lanzó un tuit donde ratificada que Ratcliffe “liderará e inspirará grandeza para el país que ama” asumiendo el cargo como Director de Inteligencia Nacional.
Pero para lograrlo, primero Ratcliffe debe ser confirmado por el Senado, donde los principales demócratas lo acusaron de ser el mejor candidato de Trump por sus esfuerzos para complacer al presidente.
Fuente: The Washington Post